Paulina está enamorada del amigo de su cuñado,un hombre que le lleva 15 años llamado Pedro Balmaceda Pascal. Se conocen el 2010 y cada verano su amor crece más y más. El vive en Nueva York y ella en Santiago de Chile.El nació en Santiago y ella en P...
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12 de diciembre de 2016.
Un año más, esperando la navidad, ya van cinco años de esto, a veces me convenzo que estoy estancada, en un trabajo dónde me sobreexplotan por poco dinero, me dan ganas de volver al sur, pero así, sería más díficil seguir a Pedro. Fran me aconseja.
--Te has perdido demasiado por seguirlo, a veces creo que deberias vivir tu vida.
--Pero lo amo.
--Pero se ven poco, así no vale la pena seguir...Pauli, llevas casi dos años titulada, en ese trabajo de mierda, te han ofrecido trabajar en el sur y la rechazas, tengo un contacto que te recibe en Isla Lemuy, en Chiloé, para ser profesora, buena paga, anda para allá, no tienes hijos, estás soltera.
--No lo sé.
--Tienes hasta el 26 de diciembre para ir a esa entrevista, tú sabes, sólo debes avisarme.
--Lo voy a pensar, hermanita, llega mañana y según, lo que me diga, tomo la decisión.
Ella movió la cabeza negativamente y no respondió. Y llegó el día siguiente, Pedro arribó a Santiago, como siempre lo fui a esperar, nos pusimos al día de todo y recordó que tenía un matrimonio de un primo, el día 19 de diciembre.
--Nos van a molestar.-le dije acomodándome en su pecho desnudo.
Estabamos nuevamente en su cama, retozando luego de meses sin vernos y Pedro se río y respondió.
--¿Por qué aun no nos casamos?
--Sí...¿Te gustaría casarte?
--Sí, pero no sé si tendría hijos.
--Yo si quiero tener.
Me miró serio y agregó.
--Eso es un punto importante, Pau y que no voy a transar.
--Lo sé, pero yo sí quiero ser mamá, quiero tener niñas, criarlas en el sur, llevarlas a nadar, a acampar, que jueguen en el bosque.
--Eso no va muy en sintonía con mi vida.
Me incorporé de la cama, vistiéndome, salí al baño y me encerré a llorar, me afectó que no quisiera ser papá, porque mi sueño era tener niños con él. Me sentí tonta, ilusa, romántica. Al rato me sequé la cara, salí del baño, Pedro esperaba afuera y parece que no notó que yo me sentía mal. Pasaron los días, él fue a la despedida de soltero del primo, yo tenía esa pena guardada en mi interior. No lo hablé con nadie y aún así, accedí a ir a la boda con Pedro. Andaba toda su familia, y como lo esperaba, en un momento, mientras esperábamos que llegara la novia, una tía preguntó.
--¿Y ustedes serán los próximos? Como la Pauli tomó el ramo en la boda de Consuelo.
