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(Paulina a la Izquierda, Estefanía a la derecha, previo a la salida de Pau)

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(Paulina a la Izquierda, Estefanía a la derecha, previo a la salida de Pau)


Comenzó a atardecer a eso de las ocho y quise aprovechar los últimos rayos de sol para nadar en el lago, Pedro me imitó y vimos al sol esconderse en el horizonte, tornando las nubes color chicle, jugamos como niños, lanzándonos agua. A la orilla, sentado bajo un arrayán Nico tomaba fotos, probaba lentes. Me tendí de espaldas al cielo, el agua fría recorría mi piel cálida, es la sensación más deliciosa del mundo, respirar aire puro, todo verde y azul alrededor, Pedro nuevamente hizo lo mismo y murmuró.

--Qué paz.

--Enjoy the silence...

--Yeah, baby.

La naturaleza que nos rodeaba, con colores tierra, le tenía impresionado, al punto que volvió a decir.

--No recordaba este lugar así.

--Algunas cosas jamás cambian.

Puso sus brazos bajo mi silueta, sin tocarme, mi bikini verde agua no probó su piel y dijo.

--Se nota que eres una gran nadadora.

--Mi abuela me enseñó, en su juventud, podía permanecer flotando sentada y también, cuenta que salvo de ahogarse a la hija de un senador en los años cincuenta.

--Qué valiente...pero súeltate, relax.

--¿No vas a dejar que me ahogue?

--Jamás, trust me.

--¿Sabes nadar?

--Fui competidor profesional hasta los doce años.

--Entonces confiaré en ti.

--Just trust me, ¿ok?

Y al decir esa frase, abrí los ojos y me encontré con su mirada preciosa, sonreía como niño y me solté, dejando caer mi cuerpo en peso muerto, sus brazos me sostuvieron y me di cuenta que a pesar de ser muy flaco, es fuerte. Mi largo cabello negro fue sujetado por su mano tatuada y me tomó para salir, diciendo.

--Tienes los labios azules, deberíamos salir y hacer una fogata.

--¿Tienes más tatuajes?

--Sí, tengo una V, aquí, por mi mamá, un tatuaje de flor aquí.-y me enseñó su nuca.-y un elefante, aquí.

--Pedro, yo también tengo un elefante, pero en la pierna derecha.

--¿Really? ¿Y por qué?

--Me lo hice cuando mi abuela se enfermó, hace dos años, tenía dieciocho años y quise recordar que ella es fuerte.

--Deja de parecerte a mí por favor, niñita.

--Tú deja de copiarme.-le espeté riéndome como tonta.

Summertime Lovers/ Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora