Epílogo

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El sol se deslizaba suavemente sobre el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y anaranjados.

En el jardín, un aroma fresco y terroso de la mañana se entrelazaba con el aroma de las flores recién florecidas.

En una pequeña mesa,
un omega se encontraba sumergido en su pintura, la brocha danzando sobre el lienzo en un suave vaivén.

Sus ojos, enmarcados por largas pestañas, se levantaron de momento, atraídos por las risas de sus hijos.

Los pequeños, con su energía desbordante, corrían detrás de su padre en una divertida persecución por el jardín.

El alfa sonreía mientras esquivaba las pequeñas manos inquietas que intentaban atraparlo.

El omega no pudo evitar sonreír al ver esa escena, la imagen de su familia unida.

Era un momento que antes parecía tan lejano. Durante años, había vivido con un vacío profundo, sin saber si algún día podría experimentar este tipo de felicidad y amor.

Pero aquí estaban, juntos, creando recuerdos. Había aprendido a amar a su alfa de una manera que nunca pensó que sería posible.

Su corazón se llenaba al verlo interactuar con sus hijos, su risa resonando en el aire como la música más dulce.

El viento acariciaba su rostro cuando sus hijos lo llamaron, corriendo hacia él con sonrisas deslumbrantes y ojos brillantes.

—¡Papá, ven a jugar! — Gritó uno de ellos, con la energía contagiosa.

Su sonrisa se amplió mientras dejaba el pincel a un lado y se agachaba para recibirlos con los brazos abiertos.















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Sergio escucha la puerta y sonríe al sentir el aroma de su esposo. El alfa se acerca y lo abraza por atrás.

— ¿No deberías estar durmiendo?

— Tengo sueño pero no puedo dormir

El alfa se sienta en el sofá adormilado mientras Checo sigue pintando.

El delta voltea a ver a Max dándose cuenta que el alfa solo estaba en bóxer, entonces lo ve detenidamente admirando su cuerpo.

— Entraré en celo en unas horas

— Lo se — Sonrie el alfa.

Checo rie y toca su vientre, entonces se acerca a Max y se sienta en sus piernas, entonces el alfa acaricia el vientre de Checo.

— ¿Sabes como llamarlo?

— Los nombres se están acabando, deberían ser nuestros padres quienes decidan los nombres de los gemelos

— Si, pienso lo mismo.....ya elegimos nosotros, demos les más problemas — Ambos ríen.

— Deberíamos parar, son muchos niños ya

— Bebe se que dijimos 11, pero no estaría de más tener mas, tenemos a Logan, Carlota los gemelos, los mellizos, las gemelas, las mellizas, y estos dos que vienen en camino

— Lo se Maxie pero son muchos niños

— Hay que aprovechar pecas

— A ti te toco la parte fácil — Max lo ve detenidamente.

— ¿Quieres que los bebés los tenga yo? — Checo voltea a verlo.

— No porfavor, me perturbaria, prefiero que te corras dentro de mi

Primer Amor ~ ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora