CAPÍTULO 3

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Narra Jason

El encargado parece aliviado al ver que todo este asunto se ha arreglado. Aunque, por la forma en la que la rubia le mira, creo que habrá consecuencias contra el concesionario.

Y con mucha razón.

Lo que ha ocurrido ahora no es nada profesional por parte de la tienda, por lo que es normal que llegue a poner una reclamación. El hombre termina por tenderme las llaves de la autocaravana cuando firmo los papeles.

Sigo a la chica poco después cuando sale hacia el exterior. Supongo que para recoger su equipaje. Aprovecho para desviarme e ir a por la autocaravana para que ninguno de los dos hagamos el doble de camino para guardar las cosas.

Cuando llego al aparcamiento, no tardo en salir para acercarme a donde la chica se encuentra para ayudarla. No quiero empezar con mal pie con ella y más teniendo en cuenta que vamos a estar tres meses en el mismo espacio que el otro.

Sin que me diga nada, acerco mi mano hacia las suyas para robarla la bolsa y la maleta y lo levanto con facilidad.

—Gracias. —Me mira de reojo, disimuladamente.

Aunque me he percatado del gesto, hago como si nada.

Le dedico una breve mirada antes de dirigirme a la puerta de la autocaravana y dejarla colocada en el interior en un lugar donde no moleste. Ella no tarda en seguirme.

—¿Y tus maletas? —cuestiona, detrás de mí.

La miro por encima del hombro.

—En el coche. Tengo que traerla.

Ella, con atrevimiento, apoya su mano en mi hombro, y con suavidad, me mueve a un lado para que deje lo que estoy haciendo.

—Ve a por ellas. Yo me encargo de dejar todo para que no se mueva o moleste. —Termino asintiendo sin dejar de observarla.

Cuando me aparto, la pequeña Golden entra, ocupando así el lugar donde yo estaba hace unos segundos. Niego con la cabeza, divertido y hago caso a la rubia. Tardo alrededor de dos minutos de volver a su encuentro. Cuando me quiero percatar, ella me arrebata mi equipaje, tal y como hice con ella antes, para llevarlo a interior y colocarlo.

Sonrío.

Siento que nos vamos a llevar bien.

Quizás esta idea no sea tan descabellada después de todo.

Me freno de golpe cuando de manera sincronizada, ambos nos movemos hacia la puerta y chocamos uno contra el otro. Le miro, avergonzado, cuando retrocedo. Ella parece divertida de mi reacción. Hago un gesto con la mano, indicándole la puerta.

—Después de ti. —Me dedica una pequeña sonrisa y un asentimiento antes de salir.

No aparto mis ojos de ella.

Rodeo la autocaravana para acercarme a la puerta del conductor ya que veo que se ha colocado en el del copiloto.

Cuando me acomodo en el asiento, siento una mirada puesta en mí. Giro la cabeza para mirarla, ella me observa con curiosidad.

—¿Qué ocurre? —pregunto, avergonzado por su repentina atención en mí.

Niega levemente antes de extender su mano hacia mí.

—No nos hemos presentado después de todo lo que ha ocurrido. Soy Nira y ella —señala a la Golden— es Bimba. —La observo con fijeza, ella me dedica una breve sonrisa.

Vaya, a diferencia del carácter que ha demostrado antes con el encargado, ahora parece un ángel recién bajado del cielo.

No tardo en corresponderle el saludo, enredando mis dedos con los suyos. Su mano, en comparación con la mía, es mucho más pequeña y el tacto es más suave y cálido.

—Jason. —Me dedica un breve asentimiento, conforme.

Sigue sin dejar de observarme, como si me estuviera estudiando. Su mirada puesta en mí equivale a la misma sensación de si realmente tuviera el poder de leerme todos los pecados.

—Me parecía extraño que fuéramos a hacer un viaje de tres meses juntos y ni siquiera nos habíamos presentado aún —bromea, divertida.

Sonrío.

—Es cierto. —Asiento.

—Entonces... ¿está todo listo para irnos? —cuestiona, curiosa.

—Sí, pero creo que durante este trayecto hasta el primer descanso deberíamos de hablar de cómo nos vamos a organizar —cuestiono. Ella hace un breve asentimiento.

—Claro. ¿A dónde tenías pensado ir primero? —Me observa con curiosidad y cierta... emoción.

Parece que tiene las mismas ganas que yo de estas vacaciones.

—México. —Sonrío ante su sorpresa—. ¿Qué mejor que empezar este viaje que yendo primero ahí?

Asiente, sonriente.

—Me parece bien.

Veo de reojo como Nira gira su cuerpo para mirar hacia atrás, donde hemos dejado atada a Bimba. Por la forma en la que su sonrisa se amplía en su rostro, debe de haber hecho algo su mascota para conseguir que haga ese gesto.

Miro al frente, decidido a no distraerme.

Tenemos dos horas, hasta el primer descanso, para poder pensar en cómo vamos a vincular los lugares y las cosas que queremos hacer para que ninguno de los dos deje de ir o hacer algo por el otro.

Tras varios minutos circulando por McAllen, no tardamos en salir a la carretera.

Oficialmente mis —nuestras— vacaciones, junto con una chica que conozco de apenas media hora, comienza. No puedo evitar sentir una ligera emoción por hacer algo que, por primera vez, está fuera de mis planes, de mi rutina y de lo que yo normalmente no haría.

Primer lugar: México.



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