CAPÍTULO 8

147 19 7
                                    

Narra Nira

Sigo a Jason al interior de la ciudad, pues es él quién mejor puede llevarme por el lugar sin que yo me pierda. Bimba, a mi lado, camina con felicidad como si llevara deseando esto desde hace tiempo. Parece que a ella también le apetecía caminar un poco, puesto que llevamos sentadas o dentro de la autocaravana desde ayer, sin contar con las paradas que íbamos haciendo durante el viaje hasta aquí.

—¿Hacia dónde vamos? —cuestiono tras unos minutos de caminar en silencio y sin yo dejar de observar todo mi alrededor.

—¿Te gusta Frida Kahlo? —pregunta a la vez que me mira.

Abro levemente la boca por la sorpresa.

—¡Por supuesto! Sin dudarlo.

Sonríe.

—Pues genial. Estamos yendo a su museo.

—¿En serio? —cuestiono, sorprendida.

Asiente.

—Sí. Lo reservé anoche para los dos. Y con suerte así acertaba con que te gustara a ti también. Nunca había venido a visitarlo —me revela.

—Pues acertaste. Solo que, ¿dónde dejaré a Bimba?

—Tranquila, ya me informé de eso anoche también.

Arrugo el entrecejo. Vaya, no se le escapa nada. Sí que es bastante organizado y cuidadoso, no como esta servidora.

—Acepta la entrada de mascotas. Y tienes que llevar contigo todo lo necesario como la correa, bolsas... para el cuidado de tu mascota en las instalaciones del museo —me explica.

—Qué bien tienes pensado todo —murmuro.

Jason asiente al instante.

—Sí, no me gusta tener imprevistos cuando quiero hacer algo —se defiende.

—Lo entiendo. Aunque yo termino dejándome llevar y ver que me depara el destino.

—Pues nos hemos ido a juntar en un viaje los polos opuestos. —Sonríe.

Y como el dicho dice: "Los polos opuestos se atraen". Aunque si es él el que va a ser mi contrario en todo, no me importaría para nada.

—Y así nos han juntado con la confusión de la autocaravana —bromeo.

Asiente al instante.

—Aprenderé de ti para dejarme llevar un poco. Me lo ha dicho mucho mi familia —comenta.

—Y yo a ser algo más organizada y planificar un poco mi caos de vida.

Sonríe.

—Interesante —murmura más para sí mismo que para mí.

Las dos siguientes horas se pasan a una velocidad increíble. Y es que el museo de Frida Kahlo tiene demasiadas cosas por admirar, y como no quería ver todo con rapidez, sino tomarme mi tiempo para comentar cada una de las salas junto a Jason y Bimba, quién este primero me ha sorprendido gratamente cuando ha compartido el mismo gusto que yo por esta increíble mujer.

Bimba no tarda en colocarse a mi lado cuando salimos del museo.

—Aún es muy temprano para volver a la autocaravana —comento.

Jason me mira de reojo y asiente.

—Podemos dar un paseo antes de ir.

Sonrío.

—Eso me gusta más.

Sin esperar a que Jason me guíe, comienzo a caminar sin rumbo por las calles de México. Él no tarda en colocarse a mi lado y seguirme el ritmo.

El mapa de nuestros corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora