CAPÍTULO 4

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Narra Nira

—¿A qué lugares o qué querías hacer en este viaje? —me pregunta a la vez que me observa brevemente antes de volver a mirar al frente.

—Tenía algunos lugares pensados, pero no tengo ningún orden y plan en específico, solo viajar y disfrutar y ver lo que me depara la vida en estos meses —respondo, encogiéndome de hombros mientras vigilo a Bimba que se encuentra en la parte de atrás durmiendo.

—Genial. Espero que México fuera uno de esos —bromea con una sonrisa en el rostro.

Asiento.

—En realidad, sí. Nunca he ido y quería aprovechar en este verano para visitarlo.

—Entonces, perfecto —asiente.

Me quedo mirándole fijamente, curiosa. Jason parece darse cuenta ya que vuelve a girar la cabeza y clavar sus ojos en los míos.

—¿Qué ocurre? —cuestiona.

Me encojo de hombros.

—Me parece gracioso que vaya a hacer un viaje de tanto tiempo junto a otro desconocido.

Sonríe. Parece que a él también le hace gracia.

—Bueno, ya no somos desconocidos. Ya sabes mi nombre.

Amplío la sonrisa.

—Qué sepa cómo te llamas no significa que te conozca —bromeo a la vez que alzo una de las cejas.

—Pregúntame.

Entrecierro mis ojos, sin entenderle.

—¿Eh?

—Pregúntame lo que quieras.

Pienso por varios segundos qué es lo que quiero decir.

—¿Tienes mascotas? ¿Eres más de perros o de gatos? ¿Frío o calor? ¿Cuál es tu tipo de música favorita? —Hago un pequeño de sonido al recordar una de las preguntas más importantes—: ¿Qué signo del zodiaco eres? —Alzo ambas cejas—. De esta última depende cómo nos llevemos en este viaje.

Jason suelta una pequeña carcajada.

—Sí, tengo una gata. Soy más del equipo de los gatos, aunque adoro a todos los animales. A la tercera pregunta, depende del día. Hay veces que prefiero el frío y otras el calor, pero suelo preferir un punto intermedio. Sobre la música... soy fan del estilo de los noventa o los dos mil. —Me observa de reojo—. Y, en cuanto a la última, cumplo el mes que viene; soy Cáncer.

Sonrío ampliamente.

—Genial, somos compatibles. —Sonrío.

Alza una ceja con diversión.

—¿Signo? —cuestiona.

—Virgo.

Asiente con interés.

—Veo que crees en el zodiaco —asiento al instante—. ¿Te mueves por todo lo espiritual? —cuestiona.

Vuelvo a mover la cabeza a modo de afirmación.

—Así es. Así que tendrás que aguantar todas mis sesiones de espiritualidad durante todo el viaje. —Le señalo con el dedo a modo de amenaza.

Levanta una de sus manos a modo de rendición.

—Mientras que no quemes la autocaravana, puedes hacer lo que te plazca.

Abro la boca, fingiendo que estoy ofendida.

—¡Oye! —Sonríe.

Nos quedamos varios segundos en silencio antes de que Jason vuelva a hablar:

—¿Y tú?

El mapa de nuestros corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora