CAPÍTULO 7

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Narra Jason

Apago la alarma en el segundo en el que esta suena. Me remuevo en la cama, la verdad es que estoy muy cómodo aquí, aunque sé que tengo que levantarme ya si quiero empezar a colocar todo y organizar bien lo que vamos a hacer hoy.

Son cerca de las nueve de la mañana y, al parecer, soy el único de los tres que está despierto. O eso creo ya que no hay ningún ruido ni movimiento en la autocaravana.

Cuando me asomo fuera de mi pequeña habitación compruebo que, efectivamente, Nira y Bimba siguen durmiendo. Niego la cabeza con diversión. Parece que voy a tener una acompañante no muy madrugadora. Y solo este pensamiento hace que piense en todo lo que ha pasado en veinticuatro horas: Mi ofrecimiento a la chica por la pena de que perdiera las vacaciones y haber comprobado de que no nos vamos a llevar tan mal como yo me temía. O esa ha sido mi primera impresión. Además, es la misma chica en la que me fijé en el aparcamiento. No creo que sea tan mal estas vacaciones como yo pensaba antes de llegar a por la autocaravana.

Me adentro en el baño para poder lavarme la cara y despertarme del todo para comenzar bien el día. Ya es una rutina hacerlo todas las mañanas.

Cuando me dirijo hacia la pequeña cocina, y puesto que Nira sigue dormida, dejo que descanse un poco más y hago el desayuno. Tostadas y café. Supongo que le gustará también. No lo sé. Hago para ella por si acaso, sino ya tengo para mí para luego.

O para ahora, puesto que mi estómago pide demasiada comida.

Miro de reojo hacia la pequeña habitación de ellas cuando me percato de un pequeño movimiento. Bimba, quién se encontraba dormida pegada a Nira, ahora baja por la maleta y poco después al suelo y no tarda en acercarse a mí.

Bimba se sienta a mi izquierda, saca la lengua y comienza a moverme la cola. Creo que quiere que le dé la comida, pero no sé si a Nira le gustará que le preste un poco de mi tostada.

Recorro con la mirada la autocaravana, en busca de alguna bolsa que pueda ser solo para ella. Aunque tampoco quiero rebuscar en las cosas de Nira. Parecería un acosador. Mejor espero a que se despierte.

Con la compañía de Bimba, termino de hacer el desayuno y lo coloco todo encima de la pequeña mesa que hay detrás de mí. Justo cuando estoy terminando de poner los cubiertos, escucho que Nira se levanta de la cama. Cuando me giro veo como ella no se ha dado cuenta de mi presencia cuando comienza a andar y casi choca conmigo.

—Buenos días —dice con energía.

—Buenos días. No sé lo que sueles desayunar, pero te he hecho un par de tostadas y un café. Aunque no estoy seguro de que te guste, solo te lo hice por si acaso —comento con rapidez.

Nira comienza a sonreír.

—Sí, me gusta. Gracias, Jason. Muy amable de tu parte. —Me da un beso en la mejilla con rapidez y total confianza antes de sentarse en el sillón.

Me quedo paralizado. No me esperaba su gesto. Me recompongo con rapidez y carraspeo antes de sentarme yo también para comenzar a desayunar. ¿Forma parte de su personalidad que ella sea así? No lo sé, pero estoy seguro de que en todo este tiempo lo averiguaré de sobra.

—¿Qué tenías pensado hacer hoy? —pregunta antes de darle un bocado a la tostada.

—Empezar por el centro de México y ver el Zócalo y alrededores —comento a la vez que remuevo el café y darle un sorbo poco después.

Nira no tarda en asentir. Parece que le gusta mi propuesta.

—Me gusta. También quiero ver qué tradiciones tienen y sus comidas típicas. Ahora que lo pienso, apenas sé sobre México. Debo cambiar eso —comenta pensativa.

El mapa de nuestros corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora