Anzhel la miró fijamente durante unos instantes, mientras ella se mantenía jugando aun con Salomon. Con una expresión indescifrable que oscilaba entre la diversión y el interés. Luego, en un movimiento rápido y decidido, señaló hacia una puerta al otro lado de la habitación.—Te dije que te vistieras —ordenó, su voz firme pero no brusca—. Tenemos una cena que atender.
Elena siguió la dirección de su mano y vio la puerta entreabierta. Sus cejas se alzaron con curiosidad, pero sin hacer más preguntas, se dirigió hacia allí, sintiendo los ojos de Anzhel seguir cada uno de sus pasos. Empujó la puerta lentamente, revelando un armario que parecía más una boutique de alta costura que un vestidor personal. Dentro, se encontró con una vasta colección de ropa: vestidos de gala, trajes de noche, prendas casuales de diseñador, zapatos de tacón en una variedad infinita de estilos, y accesorios que brillaban bajo la luz cálida de los focos empotrados en el techo. Había vestidos largos de seda que colgaban suavemente, minivestidos ajustados, blusas con intrincados detalles de encaje, faldas plisadas, chaquetas de terciopelo, y mucho más. Era un universo de moda, un lugar donde cualquier amante de la moda podría perderse fácilmente durante horas.
Ella no pudo evitar una exclamación de asombro al entrar. <<¡¡Wooah, que paraiso!!>>, pensó para si misma.. Pasó sus dedos por algunas de las prendas, sintiendo la calidad de las telas, la sutileza de los detalles y la perfección de los acabados—¿Por qué... por qué tienes todo esto aquí? —preguntó, girándose hacia él con los ojos aún abiertos de par en par. Anzhel se apoyó contra el marco de la puerta, cruzando los brazos sobre su pecho mientras la observaba con una sonrisa apenas perceptible—Estas son prendas que se modelan para nuestras campañas y eventos —explicó con un tono despreocupado—. A veces, algunas de ellas me gustan tanto que prefiero mantenerlas aquí, para... ciertas ocasiones. —Hizo una pausa, su mirada cargada de una insinuación que no pasó desapercibida para Elena—. Así que, elige lo que más te guste.
Elena asintió lentamente, procesando la explicación. "Ciertas ocasiones". ¿Qué significaba eso exactamente? No había tiempo para reflexionar mucho más. Sabía que tenía que prepararse rápidamente para la cena. Se movió entre las prendas, buscando algo que fuera adecuado. Finalmente, sus dedos se detuvieron en un vestido rojo de satén, ajustado, con un escote en V pronunciado y tirantes finos. Era atrevido pero elegante, exactamente el tipo de prenda que imaginaba que Anzhel querría ver. Lo tomó y se volvió hacia él—Este —dijo simplemente, levantando el vestido para que él pudiera verlo. Anzhel asintió con aprobación, sus ojos recorriendo el vestido y luego regresando a los de ella—Buena elección —dijo suavemente.
Elena se dirigió hacia un espejo de cuerpo entero que estaba en un rincón del vestidor, y se dispuso a cambiarse. Anzhel no se movió, y ella sintió su mirada fija en su espalda. Se detuvo un momento, sintiéndose de repente consciente de la intimidad del momento, pero luego respiró hondo y se quitó la blusa con determinación. Un top deportivo le ayudaba bastante, asi que deslizo el vestido hasta sus caderas para poder quitar su top y subir el vestido sin problema y al final quitar las prendas de la parte baja.. No iba a mostrar ninguna debilidad.
Mientras deslizaba el cierre del vestido notó que la cremallera se detenía a medio camino. Tiró de ella varias veces, pero el vestido estaba ajustado, y no podía alcanzarla del todo.—Déjame ayudarte —la voz de Anzhel era suave, pero había una firmeza en ella que no admitía objeción y con un nerviosismo apenas disimulado. Se acercó a ella con pasos seguros, colocándose detrás de Ella. Su proximidad la hizo contener la respiración; podía sentir el calor de su cuerpo casi tocando el suyo. Anzhel deslizó sus dedos suavemente hasta la cremallera, y con un movimiento lento, la subió, dejando que su mano rozara ligeramente la piel suave de su espalda. El sintió un ligero temblor en sus dedos al tocarla, algo que rápidamente ocultó detrás de una expresión serena.
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Sutilmente Encadenada.
FanfictionElena Brinham, una joven veinteañera, sin empleo y sin rumbo en su vida. Recién egresada y sin experiencia en contabilidad.. Después de una serie de fracasos y rechazos, comienza a perder la fe en sí misma y en su capacidad para triunfar. "Que tan m...