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Alice.

Dos semanas habían pasado de ese terrible encuentro, todo había cambiado.

Pensamos en llamar a la policía, pero sería en vano, pues Michael era difícil de rastrear y su relación con la ley siempre fue impecable. Ayudaba siempre que podía y les llevaba regalos para tenerlos en su bolsillo, fue un trabajo de años que le permitió ser lo que era dentro de casa o en algún bar de mala muerte.

Volvía a casa con Mir, salimos en busca de trabajo y a tener una tarde de chicas, mañana tendría una entrevista en un café a veinte minutos del edificio. Fue difícil convencer a Nate, siempre me decía que no era necesario que trabaje, que era peligroso, pero finalmente accedió con la única condición de que me dejaría en la puerta y me iría a buscar al salir. Luego de que mi padre se hiciera presente, todos nos volvimos un poco más paranoicos.

–¿Puedo esperar en tu departamento verdad? Zack me pasará a buscar por allí.

Que raro sonaba que me adjudique un departamento que no era mío.

–Claro, Nate no tendrá problema debe estar en el gimnasio ahora mismo.

–¿Si sabes que también es tuyo verdad? Es decir, vives ahí.

Quise cambiar de tema, ya había tenido charlas así con Nate un centenar de veces. No me sentiría parte hasta poder aportar económicamente, lamentablemente el dinero que me dejó mi abuela aún estaba en casa escondido detrás de un cuadro. Quizás algún día pueda recuperarlo.

–Espero quedar en el trabajo.–Comente cambiando de tema.

–Lo harás, no hay dudas.

Llegamos al edificio, miro hacia todos lados antes de entrar, cuidar mi espalda se había convertido en algo habitual; tenía la sensación de que aún estaba allí observándome sin que pueda verlo.

Saludamos a Tod quien no repara en nosotras y subimos al ascensor. Al llegar el departamento se encuentra en silencio, Mir se deja caer en el sofá poniendo algo de música en la televisión y yo me dirijo a la cocina por algo para beber.

–En dos días es tu cumpleaños, finalmente dulces 18 ¿Qué harás?

¿Que haría? Seguramente nada, no he tenido tiempo de pensarlo ni ganas de celebrarlo.

–Hace muchos años no celebro mi cumpleaños Mir, con todo lo que estuvo pasando la verdad tampoco tengo ánimos.

–Entiendo...está bien, podemos hacer un plan más relajado como ver alguna peli y llenar la mesa de dulces.

–Esa idea me gusta más.–Sonrió ante su plan.

El teléfono de Mir comienza a sonar y sé que se trata de Zack cuando una sonrisa se plasma en su rostro.

–De acuerdo, ya bajo.–Colgó y se levantó del sofá tomando su bolso.–Zack ya esta abajo, vendré en dos días yo me encargo de lo dulce.

–Yo buscare una buena película para ver.–Nos dirigimos hacia la puerta, ya sabía cuál sería esa película pues Juego de Gemelas nuestra favorita.

La oigo suspirar y girar sobre sus talones para observarme, tomándome de los hombros.

–Alice, que ese hijo de puta no joda tu día ni tu vida ¿de acuerdo?

Tarde, ya lo había jodido todo. Fingí una sonrisa y asentí.

–De acuerdo.

Mir sonrió y me estrechó en sus brazos.

Era muy afortunada de tener una amiga como ella.

***

Me encontraba junto a Nate en el sofá viendo una película de su saga favorita, en estas dos semanas me había hecho comenzar a ver todas las películas de Marvel y admito me había enganchado, hoy tocaba Civil War. Estaba disfrutando la película, pero las caricias de Nate en la piel desnuda de mi muslo me desconcentraban, por momento lo miraba de reojo y mi corazón bombeaba demás al ver su lado infantil admirando cada escena y los superhéroes en ella.

Mi boxeador de ojos azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora