Nuestra Promesa|Sam uley (#1)

Capítulo 14 °La fogata°

 SIENNA SWAN:

Desde el mensaje de sam preguntando si lo podía acompañar a una fogata tengo un raro presentimiento, no es uno de esos que están antes de que algo malo suceda, pero algo va a suceder.

Hace mucho frío y salir es lo último que tengo ganas de hacer, pero desde hace dos días que no veo a Sam, ya que estuvo ocupado con mucho trabajo en el taller.

-Hola-Le doy un beso en la mejilla, él me mira fijamente-¿Qué?

-Nada.

-¿Y por qué me miras así?-pregunto.

-¿No puedo mirarte?-pregunta.

-¿Tiene que ser fijamente?

-no te estoy mirando fijamente.

-Si lo haces.

-No.

-Siempre miras a las personas fijamente.

-No.

Suspiro y cuando vuelvo a mirarlo él aprovecha para darme un beso antes de comenzar a conducir.

-No lo hago-da por finalizado el tema, aunque los dos sabemos que si lo hace.

En solo unos minutos en la camioneta, y aunque es difícil saber que siente Sam, me di cuenta de que está nervioso. La panera en que mueve su mano, lo desconcentrado que está, tanto que no puede mantenerse del todo serio, está nervioso y preocupado.

Y eso está comenzando a preocuparme.

¿Que lo tiene tan nervioso? ¿O preocupado?

¿Qué puede pasar en una fogata?

Me sorprendí cuando estacionó frente a la casa de billy black.

-¿Qué hacemos aquí?-pregunto.

-Venimos a la fogata.

Sigo a Sam hasta la parte de atrás de la casa, no muy convencida de que hacemos.

Ahí, al rededor de una fogata están sentados billy, harry y si mal no lo recuerdo el señor ateara.

¿Qué estamos haciendo?

-¿Cómo estás, sienna?-me pregunta billy con una sonrisa.

-Bien, ¿usted?

-Muy bien.

El señor ateara me saluda con un movimiento de cabeza y harry me sonríe aunque no se ve nada feliz.

Me siento junto a Sam quedando frente a billy y a un costado de harry y el señor ateara.

-¿Sabes qué haremos?-me pregunta billy y niego con la cabeza-Voy a contar la historia de nuestra tribu-me explica.

Creo que alguien, creo que papá, me dijo que en la reserva los padres le contaban las viejas leyendas a sus hijos para que supieran de donde vienen.

-Necesito pedirte algo-vuelvo a prestarle atención a billy-Prometeme que lo que escuches aquí, se quedara aquí-lo miro entrecerrando los ojos esperando a que me diga por qué, pero no lo hace-¿Lo prometes?-pregunta.

-Sí... lo prometo.

-Bien, podemos empezar entonces.

Miro a Sam sin entender nada.

-Después te lo explico-Me susurra y los dos volvemos a mirar a Billy.

-Los quileutes han sido pocos desde el principio, pero siempre ha habido magia en nuestra sangre.

Siempre hemos sido grandiosos espíritus guerreros, capases de transformarnos en grandes lobos.

Eso nos permitía defendernos de nuestros enemigos y proteger a nuestra tribu.