Capítulo 16 °Momentos°

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 SIENNA SWAN:

-Sienna...-Sam sonaba a como si me avisara sobre algo mientras me alejaba un poco.

Me quedé quieta, respirando de manera agitada, con mechones de cabello desordenado sobre la cara, lo miré confundida hasta que de repente me di cuenta de que estaba sobre él. Y con "sobre él" me refería a "sobre su...".

-No me di cuenta-susurré y tragué saliva-Voy a... levantarme.

Lo intenté, pero él no me soltó y admito que en ese momento, en un lugar muy dentro de mí, yo no quería que ninguno de los dos hiciéramos eso. 

-No-negó. Fue un sonido áspero, autoritario, severo. Sus ojos estaban más oscuros de lo normal.

-¿Sam...?

-Debería irme-dice.

-¿Y si te quedas?-pregunto y él me mira de esa manera tan intensa que solo él puede.

Mis pensamientos estaban ansiosos ante todos los escenarios posibles, mis nervios fueron reemplazados por ansias y una leve presión en mi zona baja me animo para que volviera a besarlo, él se había quedado quieto, pero segundos después comenzó a seguirme.

 -¿Sienna, estás segura?-pregunto Sam cuando se separó de mis labios y mi lengua comenzó a lamer su cuello sacando un suave gruñido de sus labios. 

-lo estoy, Sam-dije mientras volvía a dejar un camino de lamida entre su clavícula y cuello mientras que las manos de Sam se fueron directo a mi trasero sacándome un jadeo de sorpresa.

Sam se levantó conmigo rodeando su cintura y me recostó sobre la cama, quedando sobre mí.

Nuestra ropa comenzó a desaparecer rápidamente dejando en descubierto nuestra piel.

Mis manos acariciaban sus pectorales y sus hombros, mis uñas rasgaban su piel y mi lengua no quería dejar de lamer cada parte de él. Sam comenzó a masajear mis pechos mientras su lengua los recorría y mis manos fueron a su cabello mientras los gemidos eran incontables.

La temperatura de la habitación comenzó a subir y nuestros cuerpos no deseaban separarse por nada del mundo. 

Una vez sentí mi centro mojado Sam me observó como pidiendo autorización y yo asentí, uno de sus dedos entro con delicadeza mientras un sonoro jadeo salió de mis labios. 

-Sam.-no podía ni quería dejar de decir su nombre, es que hasta eso me excitaba cada vez más, los ojos de mi chico estaban negros por la lujuria. 

Mientras las manos de Sam estaban ocupadas, sus labios besaban cada parte de mi cuerpo a su alcance.

Mis uñas se enterraron con fuerza a su espalda en cuanto mi centro se apretó a causa del placer provocado por los dedos maravillosos de mi novio.

-Sam...-no pude terminar la frase y Sam no detuvo el ritmo de sus dedos hasta que mi presión se liberó por el orgasmo.

Yo estiré mi mano respirando con dificultad hacia el cajón del velador para entregarle un condón, Sam se acomodó en la cama para posteriormente entrar con delicadeza, suaves suspiros salieron de mis labios ante la sensación de su camino.

Una vez todo estaba dentro, él se detuvo para que yo pudiera acomodarme y mientras él lamia y mordía mi cuello comencé a moverme suavemente incitándolo a que comenzara.

Sus movimientos eran suaves al principio, pero después de unos segundos eran bruscos y firmes que de nuestras bocas no salían más que gemidos de placer. Es que esto era lo mejor del mundo.

Mis brazos lo encerraron y mis manos atraparon su cabello mientras mis ojos se cerraron ante la sensación. Otra vez sentí una presión solo que más fuerte que la anterior en mi zona baja, el orgasmo estaba cerca y con cada movimiento de Sam esta sensación embriagadora aumentaba.

Nuestra Promesa|Sam uley (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora