Capítulo 23 °Promesas°

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 SIENNA SWAN:

Dos semanas después...

-Sam, no olvides las cosas que me pediste que compre para el gato-Le recuerda Allison antes de que nos vayamos.

-¿Dónde están?-le pregunta.

-En la cocina.

-De paso voy al baño, ya vengo.

Ella espera a que Sam vuelva a entrar a la casa para hablar.

-Gracias.

-¿Por qué me agradece?

Ella toma mis manos.

-Lo salvaste-me asegura.

-¿Disculpe?-la miro confundida.

-A Sam, lo salvaste.

-No le entiendo.

-Sam no estaba bien...no era feliz con la vida que tenía. Hasta que tú llegaste y lo salvaste de tener una vida que no lo haría feliz-Me explica.

-Y él me salvó a mí-Le sonrió.

Ella me sonríe.

-Sam es...

-Una gran persona que se oculta detrás de una máscara de seriedad.

-Sí...

-Me alegra que te tenga porque contigo esa máscara desaparece.

Creo que si no hubiera vuelto a ver a Sam, ahora mismo estaría con mamá a punto de casarme con alguien a quien no quería. Y así como ella lo dijo, Sam también me salvo a mí.

-¿Sabe? Él también me salvó a mí.

La puerta vuelve a abrirse y Sam sale. Sé que al menos la última parte de la conversación la escucho.

-¿Vamos?

-Sí.

-Vayan con cuidado, está muy oscuro ya.

-Tranquila.

Sam la abraza.
...
-¿Quién te salvo de qué?-pregunta ya de camino a su casa o nuestra.

Porque todavía no me mude del todo, aunque paso la mayor parte del tiempo ahí.

-Es algo entre tu mamá y yo.

-¿Entonces no vas a decírmelo?

-No, pero tengo una pregunta.

Él me mira y asiente con la cabeza.

-¿Me amas?-pregunto.

-Sí-Me mira unos segundo antes de volver su vista a la carretera.

-¿Y cuándo te diste cuenta de que me amabas?-pregunto.

Él se queda callado unos segundos antes de responder.

-¿Cuándo me di cuenta de que te amaba? Lo supe desde el momento en que te volví a ver. Y no importa si hay problemas, o cuantas locuras se te ocurran, si te ríes o estás de mal humor. Porque te amo, cuando te vi ese día en la playa comencé a sentir que llevaba tiempo dormido pensando que estaba vivo, pero contigo desperté y comencé a vivir.

Siento como mi pecho se calentara por sus palabras.

-Y después dices que no eres romántico.

-Te prometo contigo envejecer-me da un beso en la mano que tenía entrelazada con la suya, no me había dado cuenta de que estábamos de la mano hasta ahora.

-Yo te prometo que no te vas a aburrir ni un solo día-Bromeo.

-Contigo aburrirse es imposible, linda.

Nuestra Promesa|Sam uley (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora