Capítulo 6

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—Pensé que no ibas a venir —Ben me recibe con una sonrisa.

—Lo siento, se me hizo un poco tarde. Estuve conversando con los chicos hasta hace un rato.

Me siento sobre una especie de manta o mantel.

—¿Cómo se están adaptando? Por más que les pregunto siempre me responden con un simple "bien" —trata de imitar el estilo despreocupado de Jay haciéndome reír.

—Todo aquí es extraño para nosotros, y no parecemos agradarle a nadie excepto a ti y el hada madrina —lo pienso unos segundos —. Bueno, hoy conocí a dos chicas.

Atrae una canasta hasta nosotros y empieza a urgar en ella.

—¿Cómo se llaman?.

—Tessa y Ayla.

—Te hiciste amiga de la hermana de Flynn.

—No podría decirse que somos amigas porque solo hemos hablado una vez, pero puede que estemos en ese camino.

Saca un tazón lleno de bolitas oscuras y arrugó la nariz.

—¿Qué es eso?.

—Dijiste que querías probar cientos de dulces, aunque no sabes si te gustan. Así que te traje uno de mis favoritos —lo coloca frente a mí —. Se llaman bombones de chocolate.

Tomo uno un poco dudosa y lo llevo hasta mi boca.

Pruebo un poco de él soltando un gemido de placer.

—Esta delicioso —me lo como completo.

Ben esboza una sonrisa triunfante.

—Bueno, continúo con lo que iba a decirte —agarro otro bombón —. Evie conoció a un chico en su clase de química, dice que es todo un príncipe encantador, aunque no entiendo bien que significa.

Se ríe.

—Carlos y Jay hicieron una prueba para ver si entran al equipo de tourney, aunque tampoco sé que es eso.

—Es el deporte oficial de Auradon. Mezcla varios deportes en uno, lo que lo hace más emocionante y arriesgado —levanto una ceja —. Va haber un partido en unos días, deberías ir a vernos jugar.

—Lo pensaré —sonrió coqueta —. Y a Mal la viste está tarde.

Suelto la espinita que tengo atravesada en la garganta desde que Mal me lo contó.

He decidido disfrutar del momento, sí. Pero no puedo negar que hay una mínima pizca de fe en mi que añora que algún día mis sentimientos sean correspondidos.

—Vi el dibujo en su casillero y le propuse que se inscribiera en la clase de arte. Pero no estuvo nada interesada.

Ese comentario despierta mi interés.

—No sabía que había una clase de arte. Dame más información.

—Eh, cualquier estudiante puede convertirse en integrante, el club costea todos los materiales y todos los años tienen un concurso y el cuadro ganador es exhibido en la galería de la escuela.

Érase Una Vez Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora