Me reí cuando Anton toqueteó la puerta principal, mi espalda presionada contra la madera mientras su cuerpo me empujaba. Besándome bruscamente, jadeé cuando la puerta detrás de mí cedió y mis piernas tropezaron hacia atrás. Anton dejó escapar un ruido divertido y cuando su mano ya estaba alrededor de mi cintura me apretó más fuerte, levantándome un poco del suelo. Mis pies rozaron el piso de madera de su casa y con los brazos colgando de su cuello nuestros pechos se juntaban con cada respiración. El más alto me sonrió con sus ojos brillantes.
—¿Estás bien? —preguntó y yo asentí aflojando su agarre. Mis pies encontraron el suelo nuevamente pero mis brazos no dejaron su cuello, Anton sonrió un poco. Inclinándose de nuevo y presionando otro beso en mis labios, suspiré derritiéndome en el calor del momento.
—¿No están tus padres? —susurré sin aliento. Anton sólo soltó un "no" gutural en respuesta y me llevó arriba, decidiendo cargarme para que no tuviéramos que separarnos. Envolviendo mis piernas alrededor de su cintura y con mis dedos enredados en su cabello, Anton tiró de mi camisa mientras caminábamos hacia el umbral de su habitación. Dejándome de pie, levanté los brazos cuando Anton me quitó la prenda y sus ojos grabaron la extensión de mi piel recién expuesta. Me sentí un poco incómodo bajo su mirada acalorada, por lo que cubrí mi estómago con mis brazos ligeramente con la cabeza caída. Anton se rió un poco de nuevo pero con ternura, haciéndome levantar la vista para observarlo tirar de su propia camisa sobre su cabeza. Mi boca se humedeció mientras observaba su torso musculoso y aquellos abdominales que proyectaban sombras en su piel.
Observé con asombro cómo Anton se quitaba los zapatos y mis pies lo seguían de alguna manera junto con sus acciones lentas y tentadoras. Salté cuando Anton tiró uno de sus zapatos en mi dirección, la bota me golpeó justo al lado. Levanté una de mis cejas y le arrojé uno de mis propios zapatos de vuelta, el otro apartándose del camino antes del golpe. Los cordones del zapato se engancharon en la manija de la puerta, balanceándose de un lado a otro mientras Anton sonreía y caminaba hacia mí otra vez para capturar mi rostro entre sus manos y besarme de forma hambrienta.
Cuando suspiré, su lengua encontró la oportunidad de deslizarse entre mis labios separados, acariciando mi zona bucal. Gemí cuando nuestras lenguas se encontraron, se enredaron y comenzaron una lucha interna entre sí por ver cuál dominaba a la otra, mis dientes a menudo tiraban de su piercing haciéndolo gemir en mi boca.
"¿Así se suponía que se sentía un beso?"
No me sentí así cuando besé chicas (una sola, si queríamos ser específicos). Tal vez fue sólo una cuestión de experiencia, quiero decir, éramos más jóvenes en ese entonces. ¿O tal vez fue porque eran chicas? La idea no me asustaría tanto si no estuviera sobrio. Saliendo de mis pensamientos, sentí el duro cuerpo de Anton apretado contra el mío, sus labios reclamando los míos y eso se sintió... realmente emocionante. Libertador. Peligroso.
Se sintió correcto.
Pronto me encontré acostado sobre la cama con Anton encima de mí. Sus brazos aprisionando mi cabeza, sus músculos capturando mis piernas... y yo me quedé parpadeando hacia Anton mientras él me miraba con los ojos llenos de algo que no podía identificar. La mirada desapareció en un momento o tal vez simplemente la ignoré cuando los dedos grandes contrarios apartaron mi cabello desordenado de mi cara y éstos me hormiguearon la piel. Su mano se movió hacia abajo para ahuecar mi mejilla, yo giré mi cabeza para presionar un beso descuidado en su palma y luego mi lengua se sacudió suavemente cuando Anton gruñó.
Seguido de aquello, Anton se quitó de su posición encorvada con las manos tirando de su cinturón, abriendo el botón y deslizando la cremallera hacia abajo. Tragué saliva mientras él se quitaba los jeans, quedando sólo en ropa interior y dejando a la vista lo que estaba envuelto dentro de su bóxer. Su evidente bulto me hizo ser dolorosamente consciente del mío que estaba luchando contra mis pantalones. Anton miró mi entrepierna haciéndome sonrojar cuando yo también comencé a desabrocharme los pantalones. Mis dedos imprecisos y torpes hicieron que Anton alejara mis manos de la tela que se tensaba y que sus propios dedos rápidamente trabajaran para liberarme. Me relajé contra la cama con la cabeza hacia atrás cuando Anton me ordenó levantar mis caderas para así deslizar mis pantalones alrededor de la curva de mi trasero.
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entre sábanas | wonton
ФанфикDespertarse al lado de alguien desconocido después de beber demasiado alcohol no era una historia nueva y fascinante en estos días. Despertar junto a otro hombre cuando también eras hombre era un poco más interesante pero aún así no había nada que d...