Inmediatamente me arrepentí de haber decidido caminar hasta la estación en lugar de tomar un aventón con Karina. A pesar de que el verano estaba menguando todavía había un calor sofocante, la red eléctrica de la ciudad luchaba por mantenerse al día con las altas demandas que estaban haciendo de aire acondicionado. No fue un largo paseo desde mi casa hasta la estación pero bajo el calor se sintió como si hubiese corrido una maratón, cuando llegué estaba lleno de otros usuarios que sudaban con amargura, mis gafas se deslizaban desde el puente de mi nariz. El metro estaba algo abarrotado con todos los asientos ocupados y la gente que iba de pie estaban pegados hombro con hombro, agarrándose de cualquier barandilla para evitar caer sobre otros.
Me disculpé por lo bajo mientras me movía a través del tren hacia el otro lado, acurrucándome en un espacio libre junto a la puerta. Dejé caer la mochila a mis pies para dejarle espacio a los demás, mi espalda golpeó el metal caliente cuando los últimos rezagados se subieron al tren. Por el rabillo del ojo pude ver los colores familiares de mi uniforme escolar parpadeando entre la multitud. No eran personas que conociera, por lo que estaba agradecido después de escanear sus rostros.
Puse los ojos en blanco cuando uno de ellos soltó una carcajada estridente y arrojó algo contra uno de sus amigos, lo que terminó sobre una chica sentada detrás de él. Él no se disculpó, sólo se rió cuando la chica le dejó una mirada aguda antes de bajar del tren, lejos del ruidoso grupo de estudiantes. Ignorándolos, saqué un libro de mi bolso y me dispuse a leerlo en silencio.
El viaje a la escuela no fue largo pero sí lo suficiente como para tener que mantenerme ocupado de alguna manera. Traté de ignorar los fuertes gritos de las otras personas de mi escuela, algunas voces femeninas se unieron a ellos después de que el tren se alejara con ruta hacia la siguiente parada. Sus uniformes estaban desaliñados, sus faldas dobladas hacia arriba y sus botones superiores desabrochados para revelar suficiente de su pecho para que los chicos frente a ellas miraran dos veces. Resoplando de nuevo, me aparté del grupo para volver a mirar mi libro pero las palabras se confundieron porque mi mente quería deambular por otro lado.
En otro lugar con Anton.
Había reflexionado sobre él, la fiesta y la mañana siguiente en detalle una y otra vez durante el resto de ese sábado y hasta bien entrada la noche del domingo. Tenía los ojos pesados y estoy seguro de que mis ojeras no habían disminuido ni un poco. Mi cabello estaba ligeramente ondulado y voluminoso. Mi tez siempre pálida aunque no parecía tan pastosa y enfermiza como después de los eventos del viernes por la noche y mis mejillas estaban rojas por el calor. Al menos parecía vivo, incluso si me siento como un choque de trenes en el interior.
Todavía no puedo recordar todo lo que sucedió en la fiesta pero algunas piezas faltantes habían regresado, incluso si sólo eran pequeños fragmentos que apenas encajaban para formar una historia coherente. Recuerdo vagamente haber sido empujado dentro de un automóvil por unos fuertes brazos, el olor a cigarrillo mezclado con alcohol y el sabor de mi lengua cálido y amargo. Visualizo haberme caído sobre una cama, sin zapatos y sin camisa, mi espalda desnuda golpeando el suave colchón mientras unas grandes manos se cernían sobre mí. Grabé esas manos, dedos ásperos que rozaban mi piel y tiraban de mis jeans.
"Wonbin", una voz ronca murmuraba en mi oído. Tragué saliva cuando las palabras del libro se convirtieron en manchas negras, mi garganta estaba seca.
"Wonbin"
—¡Wonbin!
Mis ojos se dispararon hacia arriba cuando un par de pequeñas manos se agitaron frente a mi cara, mis manos cerraron mi libro automáticamente mientras mi boca se abría. Las manos contrarias se movieron hacia abajo, revelando una sonrisa amable y el uniforme de mi escuela. A diferencia de las chicas de antes, la que estaba frente a mí estaba bien vestida con su uniforme. Su cabello rubio claro estaba atado en una trenza apretada atada con una cinta rosada. Su bolso de hombro estaba sujeto contra el costado de su cuerpo que se inclinaba ligeramente hacia el mismo lado con el peso de sus libros. Los suaves ojos marrones, grandes y redondos, me miraron.

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entre sábanas | wonton
FanficDespertarse al lado de alguien desconocido después de beber demasiado alcohol no era una historia nueva y fascinante en estos días. Despertar junto a otro hombre cuando también eras hombre era un poco más interesante pero aún así no había nada que d...