15 ♡

246 36 75
                                    

Mis ojos ardían mientras miraba la pantalla brillante de mi laptop y estiraba mi espalda. Mi cuello tronó un poco cuando lo giré, frotando mis párpados cansados ​​debajo de mis lentes. Al tocar el botón de inicio de mi teléfono a mi lado, entrecerré los ojos para distinguir las líneas blancas borrosas en la pantalla. 1:26 am. Solía dormirme exactamente a las 11, por lo que esto era demasiado tarde para mí y definitivamente lo estaba sintiendo. Bostezando volví a mirar mi computadora, escribí las últimas referencias de mi tarea de Biología y guardé los cambios en mis archivos.

Me burlé un poco cuando observé la parte superior del documento, el nombre de Anton escrito junto al mío debajo del título del proyecto.

—Ni siquiera merece que ponga su nombre en esto. —escupí rodando los ojos fatigados antes de cerrar mi computadora, mi habitación ahora estaba en completa oscuridad. Guardé el aparato sobre mi mesita de noche, me acurruqué más profundamente en mis mantas y acomodé mi almohada debajo de mi cabeza. Antes de que me venciera el sueño, desbloqueé mi teléfono y le envié un mensaje corto y llano a Anton.

- Bin - 1:30 am

Terminé nuestro proyecto, así que no iré a tu casa el sábado.

Lo entregaré el lunes y no te preocupes, tu nombre está puesto en él.

Arrojando mi teléfono sobre mi mesita de noche después de ponerlo en silencio, me dispuse a cerrar los ojos y dejarme llevar por el sueño que me albergaba. La inconsciencia comenzó a menguar en mi cuerpo hasta que hubo un tenue resplandor de luz blanca parpadeando a través de mis párpados cerrados. Solté un ruido de molestia cuando me di la vuelta y la luz desapareció, fruncí el ceño en la oscuridad y mi brazo tiró de la almohada mientras trataba de recuperar mi sueño.

Fallé miserablemente.

Frustrado volví a posicionarme en mi lado derecho y levanté mi teléfono con dedos torpes, casi tirando la lámpara en el proceso. Hice una mueca de dolor cuando la luz brillante del teléfono me quemó los ojos e inmediatamente bajé el brillo. La pequeña luz en la esquina parpadeó en azul, lo que significaba que había un mensaje esperándome detrás de mi contraseña.

¿Era Anton?

La idea me llegó tan fácil y tan cómodamente que me sorprendió por un breve momento. Si alguien me hubiese preguntado hace tres semanas si yo esperaba una respuesta de Anton Lee, habría resoplado y me habría ahogado. Ahora sólo me atraganté.

Mis dedos estaban tentativos cuando abrí su mensaje, mi teléfono imposiblemente cerca de mi nariz mientras luchaba por leer la letra pequeña sin mis lentes.

- Anton - 1:32 am

El sábado no será una cita de estudio entonces.

Será sólo una cita.

—¡Joder! ¿Una cita? —siseé para mí mismo con las mejillas rojas mientras escribía rápidamente una respuesta, mis dedos se movían con un nuevo vigor a la vez que mi cansancio podía filtrarse en mis músculos y dentro de mi colchón.

- Bin - 1:35 am

Diablos, no no.

No.

No.

No hay manera en el infierno. Jódete.

- Anton - 1:35 am

Ya lo hice contigo.

Balbuceé mientras leía su rápida respuesta, podía escuchar su risa burlona en mi cabeza. Apretando los dientes aparté las mantas alrededor de mi cintura y me senté en mi cama nuevamente. Alcanzando mis anteojos, me los puse en la cara y golpeé mis dedos contra el teléfono.

entre sábanas  |  wontonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora