Y un día, la música dejó de sonar, todos los presentes se quedaron petrificados pues nunca habían escuchado el silencio y ahora se miraban los unos a los otros sin saber donde ir, ni a quién seguir poniéndose cada vez más nerviosos.
Hasta que descontrolados por tanto silencio no pudieron más y se lanzaron al cadáver del flautista al cual encontraron muerto la mañana siguientes comido por ratones.
Parecía algo hilado por el destino que fuese el alimento en sus últimos momentos, de lo que tanto alardeaba poder erradicar.
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Lo Que Solo Contamos En La Oscuridad
HorrorMiles de Historias tienen un final feliz, pero otras en rincones mucho más oscuros donde nadie quiere mirar, siempre hay escondidas cientos de ellas que esperan al lector adecuado que desee adentrarse en cada una de sus palabras para descubrir todo...