Capítulo 12: Cercados

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La noticia llegó con la rapidez que caracteriza a los problemas en mi mundo. Uno de mis rivales, Dmitri Volkov, ha descubierto algo que nunca quise que saliera a la luz. Su habilidad para manipular situaciones a su favor es casi artística, y cuando me enteré de que había encontrado una debilidad en mi vida, supe que las cosas estaban a punto de complicarse.

Clara se ha convertido en un peón en un juego que nunca deseé que tuviera que jugar. Mi preocupación por ella, que comenzó como una fascinación, ahora se ha transformado en una vulnerabilidad que Dmitri ha aprendido a explotar con la precisión de un cirujano. Los rumores sobre nuestra conexión han comenzado a circular, y el hecho de que Clara esté envuelta en mi mundo solo ha alimentado el fuego de la codicia en aquellos que buscan debilitarme.

Desde la distancia, he observado cómo Dmitri ha comenzado a mover sus piezas. Ha puesto en marcha un plan que combina su astucia con la brutalidad típica del mundo criminal en el que operamos. Su estrategia es simple y despiadada: usar a Clara como moneda de cambio para lograr sus objetivos y debilitarme de la manera más efectiva posible.

Un par de días atrás, mientras me encontraba en una reunión con mis asociados más cercanos, recibí un mensaje cifrado que me hizo detener el corazón. La fuente era desconocida, pero el contenido era claro: fotos de Clara, tomadas en lugares y momentos que mostraban que había sido seguida. Los detalles en las imágenes y la información contenida en el mensaje indicaban que Dmitri había tenido a Clara bajo vigilancia. La amenaza era directa y explícita. "Tu debilidad es ahora nuestra ventaja."

La furia que sentí en ese momento era incontrolable. La idea de que Clara, que se había convertido en un elemento tan inesperado en mi vida, estuviera en peligro debido a mis decisiones, era una realidad que no estaba dispuesto a aceptar. Sin embargo, mi capacidad para actuar se veía limitada por la naturaleza del juego en el que estaba atrapado. Dmitri había logrado rodearme, creando una trampa que parecía impenetrable.

Esa misma noche, me encontré revisando mis recursos, tratando de encontrar una manera de proteger a Clara sin poner en riesgo mis operaciones. La estrategia de Dmitri era la de presionar donde más dolía, y sabía que debía actuar con rapidez y precisión para contrarrestar su movimiento. Decidí que era momento de intervenir directamente, pero sin revelar demasiado. Mi prioridad era asegurar la seguridad de Clara mientras mantenía mi fachada intacta frente a Dmitri y sus hombres.

En una de mis visitas clandestinas a un lugar seguro, recibí una llamada anónima. La voz al otro lado era fría y calculadora, claramente una de las piezas clave en el equipo de Dmitri. "Tu juego ha terminado, Alexander. La próxima vez que decidas proteger a tu... interés personal, ten en cuenta que tenemos la capacidad de hacerle mucho daño."

Colgué el teléfono, mi mente corriendo a mil por hora. Cada palabra, cada insinuación en la llamada, me daba una idea más clara de la estrategia de Dmitri. No solo buscaba debilitarme, sino destruir todo lo que había construido. Y ahora, con Clara en el centro del conflicto, mi responsabilidad se había multiplicado.

En cuanto a Clara, la situación se volvía más peligrosa cada día. El conocimiento de que ella estaba en el medio de todo esto me hizo reevaluar mi enfoque. No podía permitir que Dmitri se saliera con la suya. Cada acción que tomara debía estar calculada para protegerla y para asegurar que no cayera en manos de quien deseaba utilizarla para sus propios fines.

El reloj avanzaba y cada minuto que pasaba se sentía como una cuenta regresiva. Dmitri tenía el control momentáneo, pero no iba a permitir que se saliera con la suya. Con cada movimiento que hacía para asegurarme de que Clara estuviera a salvo, la presión aumentaba. No solo debía enfrentar a un rival despiadado, sino también proteger a la mujer que se había convertido en mi debilidad más grande.

El tablero estaba en movimiento, y las piezas estaban siendo colocadas con una precisión implacable. Mientras trataba de anticipar los movimientos de Dmitri, sabía que cada decisión que tomara tenía que ser perfecta. No podía permitirme errores. La seguridad de Clara dependía de ello, y en esta partida, el riesgo de perder era demasiado alto.

Sombras en el MuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora