El sonido del despertador resonaba suavemente en la pequeña y acogedora habitación de Hayato Kasukabe, aunque su mente aún no se había acostumbrado al nombre. Se desperezó lentamente, sentándose en la cama mientras miraba alrededor, tratando de adaptarse a la normalidad de su nueva vida.
Había pasado solo unas semanas desde que despertó en este cuerpo, y cada día sentía como si una parte de él todavía estuviera atrapada en algún lugar entre la vida que recordaba y la que estaba comenzando a construir. Shido Itsuka, el héroe que alguna vez fue, había desaparecido para el mundo, pero su esencia seguía viva en Hayato.
"Una nueva vida, un nuevo comienzo..." murmuró para sí, mientras se miraba al espejo, con la esperanza de encontrar algo familiar. Pero todo lo que veía era a Hayato Kasukabe, dueño de un pequeño y modesto café llamado Familia.
Después de un largo suspiro, se levantó, listo para empezar el día. El café abriría en poco tiempo, y aunque su nueva rutina no incluía enfrentarse a Espíritus ni salvar el mundo, se encontraba disfrutando de esta tranquilidad inesperada. Era una sensación extraña para alguien que estaba acostumbrado a vivir en medio del caos, pero este cambio era bienvenido.
Bajó las escaleras hacia el café, y el olor a café recién hecho le dio la bienvenida. El sol entraba por las ventanas, llenando el local con una luz cálida y acogedora. El suave murmullo del agua hirviendo y el sonido de los platos siendo preparados resonaban en el ambiente.
Detrás de la barra estaba Akane, una de las empleadas del café, concentrada en preparar los utensilios para el día. Ella lo vio llegar y le lanzó una sonrisa ligera pero eficiente, propia de alguien acostumbrada al trabajo diario. "Buen día, señor Kasukabe", dijo con su tono profesional, aunque con una pizca de informalidad, sabiendo que él siempre apreciaba la cercanía entre el equipo.
"Buenos días, Akane. ¿Todo listo para abrir?", preguntó Hayato, acomodándose detrás del mostrador, tratando de borrar la sensación de extrañeza que todavía sentía cada mañana.
"Como siempre", respondió ella con confianza. "Y las chicas están terminando de alistarse. Aunque no sé cómo le haces, siempre logras que todo funcione como si hubieras hecho esto toda tu vida."
Hayato sonrió ante el cumplido. La verdad era que aún estaba descubriendo cómo manejar el café y, sobre todo, lidiar con el personal femenino que, para su sorpresa, era más complicado que enfrentar a Espíritus. Akane, la estricta y eficiente; Ami, la energética y siempre sonriente; y Shiragiku, la tímida pero muy dedicada. Cada una tenía su propio estilo de trabajo, pero juntas mantenían el café en marcha.
Mientras ajustaba las sillas y revisaba el menú, Hayato sintió algo que lo hizo detenerse un momento. Una ligera vibración en su pecho, un eco lejano de una presencia que conocía bien, algo que no había sentido desde que despertó en esta nueva vida.
"¿Qué fue eso?", pensó, mirando a su alrededor, como si esperara encontrar una respuesta en el aire.
Pero antes de que pudiera concentrarse en esa sensación, Ami irrumpió en la sala, con la energía de siempre. "¡Jefe! ¿Estás listo para un nuevo día? Hoy tengo el presentimiento de que vendrán muchos clientes interesantes."
Hayato rió suavemente, sacudiendo la sensación extraña que lo invadía. "Eso espero, Ami. Aunque con tu energía, seguro que se sienten bienvenidos."
Mientras las chicas se acomodaban y comenzaban a prepararse para abrir, Hayato no podía evitar pensar en ese extraño eco que sintió. No podía explicarlo, pero algo le decía que su vida pasada, la de Shido Itsuka, no estaba tan lejos como pensaba. Aunque estaba determinado a seguir adelante con esta nueva oportunidad de paz, un pequeño rincón de su mente sabía que el pasado podría regresar cuando menos lo esperara.
El sonido de la campanilla de la puerta lo sacó de sus pensamientos. El primer cliente del día entraba. Un nuevo comienzo, una nueva rutina. Pero en el fondo de su corazón, Hayato no podía evitar preguntarse cuándo las sombras de su antigua vida lo alcanzarían de nuevo.
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Renacimiento de un Héroe: Entre Espíritus y Café
Hayran KurguDespués de una intensa y decisiva batalla contra el Espíritu más poderoso jamás conocido, Shido Itsuka, el héroe que salvó innumerables vidas, cae en combate. Su sacrificio fue necesario para sellar el poder de los Espíritus y proteger la humanidad...