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Las cosas empeoraron desde aquella fría noche.

Una vez más, Akaashi se puso su bolsa al hombro y se encaminó al hospital. Arriba, las nubes eran densas y formaban una gran sombra oscura. Una corriente de viento fuerte le obligó a subirse más la cremallera de su chaqueta. Se acercaba una tormenta, y sabía que Bokuto no lo agradecería.

Había pasado exactamente un mes y dieciséis días desde la última visita de Bokuto a la su casa, y tras eso, los médicos y enfermeras se aseguraron de tenerlo más vigilado, ya no solo por sus "escapadas nocturnas", sino porque su condición había comenzado a empeorar de repente: Antes de normal, perdía varios kilos a la semana, pero desde  aquel día, su pérdida de peso solo podía describirse como alarmante. En el lapso de poco más de un mes, había pasado de pesar poco más de sesenta y ocho kilos a apenas cuarenta y siete la última vez que lo pesaron, y para colmo cada vez era más complicado caminar, moverse y hablar.

Hundido en sus pensamientos, Akaashi entró al hospital con paso ligero por los pasillos, hasta que se encontró en este una cara familiar.

-¿Kuroo?

El hombre frente a la puerta de la habitación forzó una sonrisa. 

- Hey, Akaashi, ¿Te llamabas así verdad? Cuanto tiempo.

- Sí... ¿Hay alguien dentro? -Sin esperar respuesta, miró hacia el interior la habitación, donde Kenma se sentaba frente a la cama de Bokuto, de espaldas a la puerta.

- ¿Kenma me permitirá entrar a la habitación?

- No lo creo... Kenma es más de hablar de uno en uno, así que será mejor que los dejemos solos.- Contestó sentándose en una de las sillas. Suspirando, Akaashi se sentó en el asiento vacío junto a él.

- Pareces nervioso.- Habló Kuroo mirándole de reojo.

- Si bueno, lo estoy. Se acerca una tormenta, y a Bokuto no le sientan bien.

- Vaya, no me había dado cuenta se acercaba una.- Bajó lentamente la cabeza y se cruzó de brazos.- Me ha sorprendido que supieras eso de él.

- ¿Alguna vez le gustaron?

- No creo. Antes se ponía tenso y decía cosas como "Me va a caer un rayo encima", de forma dramática, y en el fondo era un poco divertido verlo así de paranoico.- Kuroo sonrió levemente, un tanto melancólico.- Ahora... Sufre ataques de pánico.

- Si...

El silencio se hizo presente. Akaashi comenzó a pensar que haría para ayudar a Bokuto: Tendría que cerrar las persianas y hacer que se olvidara de la tormenta, tal vez con una película o jugando algún juego tranquilo... Akaashi se frotó la frente.

- Cuarenta y tres jodidos kilos.

Akaashi giró la cabeza en dirección a su acompañante, sorprendido y confundido.

-¿Perdón?

- Pesa cuarenta y tres putos kilos...

Akaashi miró al suelo al entender a lo que se refería.

- Lo sé...

- Vaya mierda. Todo esto es tan... Ugh. ¿Por qué demonios tiene que pasarle esto? Cumplió solo veinte años hace tres meses...

- No es justo.

- ¡No! No lo es. Pero... Aquí estamos. Y aquí está él.

Kuroo se frotó la nuca, furioso, y suspiró derrotado.

- No quiero volver a visitarlo más. No puedo con esto, ni física ni mentalmente.- Se giró para mirar a Akaashi.- Hazle compañía por favor, no sé cómo eres capaz, pero... Cuando estás cerca de él, lo ayudas a olvidar.

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⏰ Última actualización: Sep 30 ⏰

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In Another Life (Bokuaka) [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora