Capítulo 19

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"Última y definitiva decisión"

Lara:

Simplemente aclaré mi mente, me relajé. Empecé hablar en las actividades con los demás que sí están locos. Era todo tranquilo y pacífico. Mi madre me visitaba a menudo, el doctor le decía que ya pronto saldría.

Las noches eran tranquilas. Las desapariciones de niños seguían. No le di más importancia a eso, acepto que lloraba en las noches pensando en esas pobres criaturitas.

Ese monstruo nos dejará sin futuro si sigue llevándose a los menores.

En casi un mes yo ya estaba a punto de largarme. Apenas mi madre llegue de trabajar, en la noche. Le diré que me voy del pueblo, para siempre. No quiero volver a esto.

Llegué a casa lo primero que hice fue abrazar a Santi, acepto que lo quería besar, pero mi madre miraba. La hermana de él aún nada que llega a por él.

Menos mal mi mamá es muy buena persona.

Eran las 3 de la tarde, estaba alistando la maleta con mi ropa. Tal vez hoy mismo no viaje, pero mañana si o si me largo de este pueblo. Santi me miró.

—¿Qué haces en mi cuarto? —pregunté.

—Lara, sé que te quieres ir, pero te necesito abajo, ahora —ordenó.

Lo observé demasiado serio. Por cierto, ya tenía nuevas gafas, maldición tengo que pensar lo que le daré a la próxima.

Cuando bajé, estaba Marco y Lucas. También observé que tenían como un tipo de periódico, era lo que estaba haciendo Santi.

—Chicos, no voy a seguir con esto...

—Silencio niña —Quedé callada—. Vas a escuchar y luego verás que vas hacer.

Quedé en silencio, vamos a ver con que salen estos ineptos. Excepto tu Santi, eres el único no inepto, creo que ya lo había dicho ¿cierto?

Empezó hablando Lucas. —Este es el combate final, la escuela es el origen y el final, iremos a detener al caníbal de una vez por todas.

—Lo siento. Yo ya me retiro de este caso, voy a irme del pueblo. Van a aceptar eso, si quieren seguir allá ustedes, pero yo me largo, hasta luego, suerte en su trabajo —Me fui escaleras arriba.

—LARA —Me quedé totalmente quieta cuando escuché a Marco diciendo mi nombre ¿enserio lo había dicho?

Volví a bajar, todos quedaron sorprendidos. Marco se levantó del sofá parecía algo enojado.

—¿Dónde quedó la Lara que nos metió en esto? ¿vas a dejar que el caníbal siga robándose niños?

—Mar...

—SILENCIO. Lara —Me entregó un pedazo de hoja—. Es del libro, esto que hace el caníbal lo hace para esclavizar al mundo, suena tonto, pero cuando tenga la energía de todos los niños necesarios, el tendrá un poder infinito de ilusiones. ¿Vas a dejar que pase? Mira, no importa donde vayas, él al final nos comerá a todos si no hacemos nada al respecto. Somos los únicos que podemos hacer algo para impedir dicha cosa.

Lo miré a los ojos, no sabía que decir. Mientras no estuve, estuvieron haciendo más locuras. —No puedo seguir...

—BIEN, PUES ENTONCES VETE A LA MIERDA —Abrió la puerta—. Creí que eras fuerte —susurró.

Parpadeé sin entender nada, esto era mi decisión, tienen que respetarla. Miré el papel que tenía, decía lo que me acababa de decir. Si el caníbal tuviera ese poder, sería imparable.

Lucas fue tras de él. Me quedé pensando. Fui a la habitación, le dejé el computador a Santi. —Aquí tengo mis escritos, suerte con el periódico. ¿te quedaras en esto?

—Lara, debo hacerlo. Esto es de vida o muerte y de verdad va enserio.

—Respeto eso.

Seguí alistando mi maleta. Confío en que mis amigos lo van hacer, ellos son capaces de esto conmigo o sin mí. La tarde transcurrió normal, aunque no hablé con Santi en ningún momento, el seguía escribiendo en el periódico.

Llegó mi mamá. Estábamos todos comiendo en la mesa. El silencio era raro. —¿Cuándo vuelve mi padre? —Me destiné a preguntar.

—Mañana va volver —respondió mi madre.

—Genial —Mejor le digo a él que me lleve a otro sitio.

—¿Por qué?

Bueno, no puedo ocultárselo a mi madre. Santi me miró algo preocupado, al parecer no quería que me fuera, pero es mi decisión.

—Me quiero ir del pueblo. Si sigo aquí siento que me volveré a enloquecer.

—Oh... yo te iba hablar sobre eso... de igual manera te iba a sacar del pueblo.

Vaya sorpresa. Mejor, me largo de este pueblo. Ya no más caníbal, ya no más campanas. Ya no más nada. Al fin, al fin. Me sentí muy alegre por esto.

Ya estando en cama cerré mis ojos. Pero por algún motivo no podía hacerlo. No sé por qué, pero hoy incumplo lo que dije. Bajé las escaleras, lo volví a pensar de nuevo.

—Santi.

—Ah... no mañana no hay clase —dijo medio dormido.

—Oye Santi —Lo sacudí.

—AAAAH.

—CALLA.

Se puso las gafas, me observó muy bien, estaba oscuro así que casi no se podía ver bien. —¿Lara? Estaba dormido ¿Qué pasa?

Me senté a su lado. No sabía cómo empezar. —Lo que voy a decir es traición ante lo que dije con el caníbal, si lo llego hacer él me va a dar muy duro.

Me miró con preocupación. —¿Traición hacia el caníbal?

Le expliqué lo que había pasado, él lo entendió a la perfección. —¿Qué con eso? —preguntó.

—Pues lo voy a incumplir. Vamos a ir a la escuela los 4, ese día lo vamos a derrotarlo por completo.

—¿Segura?

—Si.

Me quedé un rato en silencio. —Eh... ¿puedo dormir contigo? —me puse rojita

—¿Ah?

—Sí, no eh podido dormir.

—¿Y tu mamá qué?

—Yo me levanto primero que ella, no te preocupes, solo necesito descansar. Pongamos el modo cama.

—EL SOFA TENíA MODO CAMA.

—silencio —susurré tapándole la boca y mirando a dirección a las escaleras por un rato.

—Es que ¿Cómo no me han dicho eso? Uno durmiendo incómodo y sin saber que se podía poner en modo cama.

Me empecé a reír, me ayudó a colocarlo en modo cama. En menos de unos minutos estábamos mirando el techo. Por fin pude cerrar mis ojos y quedarme dormida.

Lo siento... no puedo permitir que los niños sigan sufriendo,

Mi madre tiene algo de confianza en mí, además, iremos algún día en el que ella trabaje, iremos de día, ni loca voy a ir de noche. Por lo menos sentí que había dormido muy bien, ahí junto con Santi. No, con mi Santi.

Creo que me dio seguridad.

¡DIN DON!

Buenas queridxs lectorxs.

¡Capítulo corto! 

En fin ¿Cómo les está pareciendo esto?

¿Qué pasará en ese colegio? que por cierto después de mucho al parecer por fin irán.

¡DIN DON!

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