Capítulo 9

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"Visita al cementerio, nuevamente"

Lara:

Las noches siguientes no pasó nada malo, incluso ni un solo desaparecido, esto es muy extraño, el caníbal se dio un descanso, quizás. Eso es un gran alivio, hemos estado entrevistando a muchas personas esta semana.

Con todas estas noticias ya es suficiente. El tema que se escogió ya no lo veo tan impresionante, solo son historias que dan depresión y lo ponen a llorar.

Pero, pronto cambiará eso, yo colocaré cosas mucho más interesantes. Hablaré sobre el caníbal, pegaré la foto que le tome al periódico, es información valiosa y entendible para el caso.

Empecé a escribir un poco sobre lo que hemos vivido, o al menos yo, cuando ese caníbal entró a mi cuarto y casi me mata. Le pedí a Santi que me contara más a detalle lo sucedido a él. Hay preguntarle a Lucas sus encuentros con el demonio.

Me enteré que a Santi lo han atacado y que la hermana de él nos ayudará en lo que necesitemos. Solo basta en ir al hospital, si queremos algo de allí que nos de utilidad solo se lo pedimos a ella.

Lo que me sorprendió es que no haya tratado de impedirle a Santi de dejar el tema e irse del pueblo. Ella protege mucho a su hermano.

—¿Ustedes dos qué? —Pregunté a mis padres algo confundida por sus vestuarios negros.

—Hoy vamos a visitar a tu abuela —dice mi madre.

Se irían al cementerio. —¿¡Y NO ME HAN INVITADO!? —Me enojé porque ¿Cómo es posible que no me hayan convidado? Además, es un buen plan, si voy allí podre tomar fotos a los capullos y saber más sobre esto.

—Hija —Empezó mi madre—. Tu misma dijiste que cuando uno muere, muere y que ya está descansando en paz como para que vayamos a molestar en la tumba.

Eso es verdad, pero no lo hago por ir a visitar la tumba de mi abuelita que en paz descanse, hay cosas más importantes en este momento.

—Sé que lo dije, pero quiero ir, estar aquí encerrada me da aburrimiento —Me paré de la cama dejando a un lado mi portátil—. Denme 5.

En poco tiempo ya estaba lista, con un vestido negro largo.

—¿Estas bien? —Mi madre me miraba con extrañeza.

— ¿Eh? Porque lo dices.

—Dijiste que odias los vestidos largos.

—Estamos en invierno, hace mucho frio —Me miró de manera muy rara, mi padre le daba igual, se estaba sacando un moco... eh... qué asco.

Por fin entramos en el carro de mi padre y seguimos rumbo al cementerio. Hicimos una parada para que mi mamá comprara algunas flores.

Todo el camino fue silencioso. Yo estaba lista para tomar foto a todo lo que viera en esa tumba. Él no me puede atacar porque es de día, aunque la otra vez me ha asustado y era de día.

Salimos del carro. Vi al sepulturero. —Hola —Saludó amablemente. Mis padres también lo saludaron, yo iba a por lo que iba no a saludar al sepulturero.

Ya estábamos en la tumba de mi abuelita. La verdad la extraño mucho en especial sus comidas especiales, superaban las de mi mamá. Debo de hallar la manera de irme de aquí sin sospecha alguna para ir a la tumba de ese caníbal.

—Eh... voy a visitar a un amigo —Avisé mintiendo.

—Ok, te esperamos en el auto si no seguimos aquí.

—Vale.

Estaba yendo hacía la tumba, sentía que alguien me observaba. Me detuve para ver a todas mis direcciones, el sepulturero me miraba muy extraño, enseguida se dio vuelta cuando lo pillé.

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