“Loquita, no hay nadie en casa, entra a mi habitación, vamos a hacer el amor a la oscura, abajo de la luna."
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4 de Diciembre, 2025.
Buenos Aires, Argentina.°°°
6 de Diciembre, 2025.
Buenos Aires, Argentina.Se sentía un desastre. Ella y su vida, todo junto. Si bien intentaba fingir demencia como había hecho el último mes, ya sentía que no podía hacerlo tanto. Se había arreglado con su esposo, y apesar de todo, seguía sintiéndose tan extraña como el minuto uno; quizá por su propio cargo de consciencia, o quizá porque no sabía si realmente creerle, pero estaba todo tan tenso aún a la distancia que se mataba pensando en él todo el día así no lo quisiera. Había decidido creer en que se había tratado de solo un desayuno por su cumpleaños, había decidido creer que no había pasado más que eso, incluso había decidido creer que no se dirigían más la palabra, ahora el tema estaba en que no sabía si creerle a él. No era nada extraño ya que un hombre le mintiera o la decepcionara, ya una vez más o una vez menos le daba igual, solo no quería salir lastimada como la primera. Incluso si fuera imposible.
Por eso adelantar su viaje a Buenos Aires había sido la mejor opción que había tenido. Los últimos dos días habían sido suficientes para acostumbrarse a ese sentimiento tan necesario como ya le era el del hogar, el de sentirse acompañada incluso si estaba sola en esas cuatro paredes, y que mejor que estar con su mamá y su hermano tras meses sin verlos. Había hablado con su mamá de todo lo que venía sucediendo desde hace tiempo en su vida profesional, e incluso, amorosa, siendo otra charla materna suficiente para confirmar lo correcto que estaba ese sentimiento de culpa que seguía presente en su pecho por más que quisiera evadirlo a toda costa cada que recordaba a Enzo. Y es que, ni siquiera era por arrepentirse de lo que había hecho, ni por que le hubiera gustado, sino por parecer la única a la que le había quedado en la cabeza cada segundo de ese tacto piel con piel que le estaba quemando los recuerdos.
Enzo parecía estar de lo más bien tras esos encuentros tan poco planificados, como si fuera algo de todos los días o como si realmente nada le hubiera importado. No lograba sacarse de su cabeza su mirada tan indiferente o su toque brusco sin alguna pizca sentimental en absoluto, o su manera de actuar tan diferente a sus palabras. Simplemente aún no lo descifraba y la estaba matando por más que había rogado olvidarlo como tanto deseaba internamente. Se sentía todavía más tonta de parecer la única estancada en esos momentos. Y por eso la solución más lógica que había encontrado era ofrecer su casa para la primera juntada de la promo, en la que tenía pensado tomar hasta olvidarlo. O al menos intentarlo.
—Que ni se te ocurra. —Aylen la retó sin siquiera dejarla terminar. —Encima Enzo va a venir, no te podés hacer la boluda ya.
—¿Yo? Yo no me estoy haciendo nada. —Su tono salió hasta dudoso, ganándose miradas perplejas de sus amigas. Le devolvió el mate a la rubia encargada de cebar. —No tengo con qué hacerme la boluda. Se supone que después de que yo volviera a España no íbamos a volver a vernos e íbamos a olvidar todo.
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SANTA. | ENZO FERNÁNDEZ.
Hayran Kurgu"Eres mi santa y solamente creo en Dios y en ti, mi amor." +18, Contenido explícito. Enzo Fernandez, OC. Segunda parte de Diabla.