Reflejo

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  Caminando por los recien silenciosos pasillos de la Fortaleza Roja, no pude evitar quedar ciertamente frustrado por como termino la velada de bienvenida, los Bracken y los Blackwood discutiendo por quien tiene más comida, Jace parloteando con la princesa y yo con una tiara de Cisne en la cabeza.

   En mis manos llevaba un platillo del postre, del cual me asegure que aun estuviera caliente. Sostuve el platillo con firmeza y algo curioso comencé a prestarle más atención a mi alrededor. Desde que me habia marchado hace ocho años, todo había cambiado, un cambio que desde mi regreso habia querido ignorar.

   Detestaba como los Hightower se había apoderado de lo que nos pertenece, pero soy un omega, que clase de poder tengo yo? Aun siendo un principe, la reina y la mano estan por encima de mi. Aparte un bastardo que reclama el derecho hereditario de un casa a la cual ni pertenece y los Velaryon me lo dejaron muy claro al ver como nisiquiera me ofrecieron un lugar en su mesa.

  Al llegar a la puerta del cuarto del rey observe a un caballero recostado en la pared. Si no fuera por que estaba estaba a su lado pensaría que estaba cumpliendo su labor como capa blanca.

   Parece que solo reclutan imbéciles.

    Sin previo aviso bri la puerta y al notar un par de velas encendidas comencé a hablar con su majestad el rey. Coloque el postre cerca de su maqueta de la Antigua Valyria y con algo de cansancio comencé a quejarme del día que tuve.

— Buenas Noches Lucerys..— sonrei ante la voz agotada del abuelo, me parecía tierno que haya esperado por mi.

  Alce mi mirada y observe como el abuelo estaba recostado en su cama y justo a su lado una figura alta y recta, de hombros hinchas y cabello blanco me miraba con cierta sorpresa, la cual cambió hostilmente.

— A..Aemond...

     Luego de meses sin atreverme a pronunciar su nombre, se me escapo incosientemente, como un torpe niño asustado mirando a su pesadilla en persona. El alfa de pura sangre me miraba fijamente y apesar de que el abuelo me hablaba no podía concentrarme en lo que decía. La mirada filosa de Aemond me había petrificado y me sentia tan indefenso como cordero en jaula de leones o en este caso. Un Dragon.

— Yo no sabia que estabas ocupado, luego regreso..
— No, ven, ven.. hace mucho no los tenia a ustedes dos juntos, ven Lucerys...— 

   El abuelo me invito a el otro extremo de su cama, contrario a el de Aemond, quien estaba sentado en una silla. Me acerque titubeante, tenía las arrolladoras ganas de huir, sin embargo, mi orgullo me lo impedía y con algo de dificultad logré sentarme en la cama.

  El aire en mi pecho fue oprimido por la cercanía que tenía con el. Habia querido borrar la huella de Aemond con el tiempo, pero no pude. Las cenizas de mis enemigos en los Peldaños de Piedra no lograron calmar aquel sentimiento que me consumía. Uno que me laceraba hasta lo más profundo recordándome...

— Luke..

  El abuelo coloco su mano sobre la mía interrumpiendo mis pensamientos corrosivos. El mayor mostró una sonrisa ampliay sin vergüenza alguna mostró la falta de dientes y algunos postizos hecho de oro.

— Aemond me contó que fuiste escogido como el Cisne Blanco, felicidades mi cachorro...

  Alce mi mirada y observe como Aemond desvío la suya en cuestión de segundos. Me quede callado ante los halagos del abuelo y fulminaba a Aemond con la mirada, como se atrevia a hablar de mi, como se atrevia a tenerme siquiera en su boca o en sus pensamientos.

— Sabes que tus aposentos son de tu tatara abuela, la reina Alysanne, su habitación es la más cuidada hasta después de la muerte del Rey Jaehaerys. Sus cosas aún siguen ahí, es como un lugar mágico, lleno de vida, pero a la vez vacío... Te encantará. A los omegas de tu edad le gustan las joyas no?. Sus hijos aun en su dia del nombre dejaban todo tipo de joyas en su cuarto..como regalo...

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷  || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora