El legado del Alfa

26. No es un cuento

—¿Es broma? ¡Hablen!

Arisa y Acke se miraron a los ojos, ambos nerviosos por la reacción de Sten. Él no estaba feliz con la noticia.

—Lo siento mucho, señor Fulker. Fue mi culpa y una imprudencia que cometí, además arrastré a Arisa en esto —Acke se inclinó en el suelo.

—Papá... —Arisa estaba temeroso, su padre realmente estaba enfadado.

Incluso Arin se puso nervioso por ese rostro enfadado, no imaginó que Sten pudiera reaccionar de ese modo.

—Sten, entiendo que quieras proteger a Arisa, pero debes aceptar que ya creció y ha elegido a este muchacho como pareja. No lo podemos evitar —Arin se atrevió a ser el intermediario.

Sten estaba con la mirada seria en el joven alfa, pero tambien pasó por su hijo, quien solo se hundió en hombros y rehuyó a su mirada.

—Estoy tan decepcionado... Arisa.

—Pero papá, yo quiero a Acke, siempre fue así. Lo amo-

—Y si lo amas tanto ¿Por qué diablos te hiciste novio de Luther? —Le reprochó.

—¡Papá, estas siendo muy anticuado! ¡No tiene nada de malo conocer personas y si no funciona poder salir con otro!

—¡Tu actitud está mal, Arisa!

—¡Sten, no le grites a nuestro hijo! —Arin ya estaba golpeando el pecho de Sten. Instintivamente sentía que debía defender a Arisa.

—¡Aún tienes una mentalidad infantil! ¡La vida no es un cuento de hadas, no sabes lo que has hecho! —Sten seguía molesto mientras Arin le impedía avanzar.

—¡No me importa. Acke y yo seguiremos juntos, no importa si estan todos en nuestra contra! —Arisa tampoco se quedó callado y lo confrontó, con el rostro rojo de enojo.

—¡Acabas de admitir que usaste a un alfa por despecho! ¡Y ahora sales con que te enlazaste con otro! ¿Crees que los demás entenderán tus razones?

—¡Me importa una mierda la gente! ¡Pensé que me apoyarías!

Arisa terminó por atrapar la mano de Acke para despues salir de la casa. Sten aún respiraba agitado, pero una vez que su hijo se fue, pudo serenarse y arrepentirse por ser tan duro.

—Toma —Arin regresó de la cocina con un vaso de agua fría. —Eres un tonto —Le reclamó una vez le entregó el vaso y se sentó a su lado con los brazos cruzados.

—Por favor Arin, no los defiendas —Le pidió un poco más calmado.

—Te portas como mis padres. No tiene nada de malo que se amen; sí, admito que la forma en que se enlazaron fue apresurada, pero así es el amor.

Sten sonrió, ellos alguna vez actuaron por el impulso y eso les trajo problemas, aún recuerda los líos que provocaron por ocultar su relación.

—Lo entiendo Arin, pero Arisa más que nadie sabe cómo es la gente y algunas de nuestras tradiciones son muy rígidas —Le recordó el alfa.

—Eso qué, me importa que Arisa sea feliz —Arin seguía pensando que ese amor valía pena.

—No lo será si lo hace de la manera equivocada. Acaba de engañar a Luther y eso ya es muy grave para nuestras leyes, nos escondió la verdad y quien sabe cómo reaccionará Luther.

—No te preocupes Sten, todo saldrá bien —Arin se apoyó en su hombro.

—No lo creo Arin...

***