El legado del Alfa

22. Sospechoso

—¿Realmente este es Janse?

En muchacho sonrió apenado mientras Sten revolvía sus cabellos castaños.

—Soy yo, tío —Terminó por reirse. Hace tiempo que no se veían, pero recuerda muy bien al alfa de ojos grises.

Tras reencontrarse con Risto, se quedaron conversando acerca de todo lo que no pudieron por los años transcurridos separados. Hace años que Risto optó por mudarse a la villa donde se crió debido a la nostalgia al recordar a la mujer que los crió.

—¿Y cuándo planean mudarse completamente? — Quiso saber Sten con alegría.

—Pronto. Emile ya estaba empacando y solo quisimos esperar que el invierno acabe para mudarnos —Le respondió Risto mientras bebía el té que Sten les preparó. —¿Y cómo está tu familia?

Sten bufó divertido por la burla de Risto que miró a los lados viendo la casa sola.

—Ya sabes lo rebelde que es Arin. Se fue a ayudar para llevar la medicina y arrastró a Arisa.

—Me sorprende de Arisa. Con lo sensato que siempre fue.

—Asi es. Pero a veces saca a relucir el caracter rebelde que heredó de Arin. En fin, en cuanto lleguen, me oirán.

Risto se rió ante esa afirmación. Sten era el alfa más manipulable en manos de su omega e hijo y dudaba mucho que Sten regañara al par.

Unos toquidos interrumpieron su plática y cuando Sten fue a atender la puerta, le llegó el recado de que el grupo de Acke estaba de regreso. De inmediato se encaminó al palacio de Folke.

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—¡Sten!

Era la segunda vez que Arin se enamoraba a primera vista del mismo hombre.

Su sonrisa se ensanchó al descubrir a ese alfa de atrayentes ojos grises, tan guapo, grande e imponente. Su pecho simplemente rebosaba de alegría, pues había elegido muy bien a su compañero de vida.

—¡Alfa! —Arin corrió feliz a sus brazos.

Sten le miró confuso ante esa efusividad pero lo recibió en brazos.

Arin disfrutó tanto presionarse en ese cuerpo y abrazarlo con fuerza, su aroma sin duda le agradó y quiso embriagarse con ella siempre.

—Arin... me preocupaste demasiado cuando supe que te habías marchado sin decirme nada —Le susurró al oido.

—Lo siento, lo siento mucho alfa.

Sten no podía enfadarse, no cuando Arin actuaba de esa manera tan tierna y mimosa. Posando su mano sobre el costado de su rostro ambos se vieron a los ojos.

—Te amo mucho.

Arin se adelantó a confesarlo, quitándole las palabras de la boca del alfa.

Sten sonrió al oirle y sin poder evitarlo le dio un corto beso en los labios. Sus ansias de llevarlo a la cama eran inmensas, pero necesitaba saber los resultados de la misión que lideró Acke.

El joven alfa le saludó y no hizo falta orden alguna para dar su reporte.

—Les traigo un recado del Alfa y Omega de Garth —Informó lo más importante.

Van afirmó, entendiendo la importancia del tema.

—Mandaré llamar al consejo y a Albis. Tenemos mucho de que hablar.

Despues de lo dicho, Van dió media vuelta para organizarlo todo.

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