Capítulo 17

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| 31 DE MAYO, 2024 |

BEATRICE'S POV

Joe pasó a buscarme a la hora acordada. Apenas abrí la puerta de mi departamento, me encontré con su atuendo y supe que la ropa que yo había planeado ponerme no encajaba en absoluto con el evento que imaginaba.

—Pantalón de jean gris y sudadera color crema de Abercrombie no es un outfit de alguien que quiere recaudar fondos para su fundación —comenté, entrecerrando los ojos mientras lo examinaba.

Él se encogió de hombros, mostrando una sonrisa traviesa. —La moda no es lo mío.

Rodé los ojos, aunque no pude evitar sonreír un poco. A pesar de que se lo tomaba a la ligera, había algo en su mirada que me hacía pensar que quería impresionar, aunque no lo admitiera.

—Entonces, ¿Qué tipo de evento es realmente? —pregunté.

Joe levantó una ceja, mirándome con diversión. Esa chispa en sus ojos que aparecía cada vez que intentaba evadir preguntas me hacía sentir una leve tensión, pero la ignoré.

—Te dije que era algo casual, Bea. No vamos a la alfombra roja ni nada parecido —dijo Joe con ese tono relajado de siempre, recostándose en el marco de la puerta.

—Pero necesito más información. Suena a que es algo formal, pero si no me dices nada, soy capaz de ir con el pijama.

Joe se rió suavemente, sus ojos centelleaban con esa chispa juguetona.

—Cualquier cosa que te pongas te queda bien, como a mí —dijo, subiendo una ceja con una sonrisa.

Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír de vuelta.

—Ese pantalón grita por su jubilación —bromeé mientras lo observaba con atención.

Joe bajó la mirada a sus jeans como si acabara de darse cuenta de su estado.

—Ey, es mi mejor pantalón, es el de la suerte —respondió, fingiendo indignación.

Me acerqué un par de pasos, estudiando los desgastados pliegues del pantalón con una sonrisa divertida.

—Lo puedo notar. No sé si es gris porque originalmente era de ese color o quedó así por la cantidad de lavadas que ha tenido —repliqué con una risa suave, disfrutando del intercambio.

—Originalmente eran negros.

Lo miré sorprendida. Joe siempre tenía esa habilidad para decir algo inesperado y hacer que la conversación tomara un giro que me sacaba de mis pensamientos. Me acerqué aún más, hasta quedar casi frente a él, y con un gesto suave, toqué la tela del pantalón con dos dedos, como examinándola de cerca.

—A veces hay que aprender a soltar algunas cosas.

—No cuando es algo especial para mí —respondió Joe, con ese tono serio pero relajado que siempre usaba cuando quería parecer más firme.

No pude evitar reír suavemente ante su comentario, girándome para mirarlo mientras caminaba hacia el interior de mi departamento.

—¿Qué tan especial es ese pantalón que no puedes darles su merecido descanso eterno? —lo interrogué, levantando una ceja mientras me recostaba contra la mesa de la sala.

Joe me siguió, cerrando la puerta detrás de él sin apuro.

—Es el pantalón que usé el día que me acreditaron la transferencia a LSU, lo llevé el día que me eligieron como el primer pick global en el draft, y los usé cuando firmé mi contrato de extensión con los Bengals —explicó, como si cada detalle le trajera un recuerdo vívido.

we can't be friends | Joe BurrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora