—Muéstrame el significado del placer, Colin —susurró.
Ella inclinó la cabeza hacia abajo para mirar la tela acampanada de sus pantalones y luego lo miró a través de sus pestañas, con una insistencia ardiente en sus ojos oscurecidos.
Y con eso, el último hilo de honor de Colin Bridgerton se rompió.
Él rodó sobre ella y reclamó sus labios en un beso feroz, mientras sus manos vagaban y comenzaban a reclamar partes de él.
Ella se derritió en su boca y se rindió a su lengua cuando esta presionó para entrar. Su lengua bailó con la de él, saboreando el calor de su boca.
Ella deslizó sus manos bajo su camisa, que estaba desabrochada en la cintura, y palpó los músculos ondulantes de su espalda.
Sintió una mano sobre su pecho, que primero acarició las curvas externas antes de acercarse para jugar con su pezón. Ella gimió bajo su toque, empujando hacia arriba y apoyándose en la sensación.
El aleteo de excitación en su centro se había convertido en un vendaval, y sus entrañas se retorcieron de necesidad.
Entonces su boca ya no estaba sobre la de ella, sino que descendió por su cuello, por su hombro, sobre la curva de su pecho. Se detuvo con la boca suspendida sobre su pezón izquierdo. Ella podía sentir su aliento sobre él.
—¿Hasta qué punto quieres que te arruine? —preguntó él, levantando la vista para encontrarla con los ojos.
“Más”, respondió ella.
La tomó en su boca y pasó la lengua de un lado a otro sobre su duro pezón. En su pecho derecho, ella sintió que su mano imitaba los mismos movimientos.
—Sí —jadeó ella.
Ella sacó sus manos de debajo de su camisa y las entrelazó en la plenitud de su cabello oscuro y sedoso.
—Mmmmmm —gimió, saboreando la forma en que sus dedos acariciaban su cuero cabelludo.
Ella sintió las vibraciones de su voz reverberar hasta su núcleo.
Su boca dejó su pezón por un momento y sopló sobre él, el aire frío sobre su pezón húmedo enviando escalofríos a través de su cuerpo.
La besó hasta llegar al valle entre sus pechos y luego volvió a subir por el otro lado para reclamar su pezón derecho. Sus dedos juguetearon con el izquierdo, todavía húmedo y resbaladizo por las atenciones de su boca.
Ella se retorció bajo su toque y otro suspiro escapó de sus labios.
Hizo girar su pezón bajo su lengua, dibujando círculos cada vez mayores a su alrededor, para luego succionarlo dentro de su boca.
Ella gimió y comenzó a mover sus caderas contra él mientras el instinto prevalecía sobre la razón.
Se sentó y recogió la tela del camisón bajo sus pechos, exponiéndola a su mirada. Sus ojos recorrieron con avidez hacia abajo y hacia arriba.
Su rastro de besos se reanudó debajo del camisón fruncido y descendió aún más, a través de su suave vientre y a través del prado de suaves pelos rojos que marcaban su centro.
Su respiración y su pulso se aceleraron.
Él hizo una pausa y la miró a los ojos otra vez.
"¿Hasta qué punto quieres que te arruine?", preguntó.
Sus ojos ardían con un fuego tan brillante como el suave vello que se enroscaba tentadoramente cerca de su boca.
“Más”, rogó.
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Ese barco ya zarpó
RomanceResumen: ¿Qué pasaría si Colin no alcanzara el carruaje? *** Las perspectivas de Penélope Featherington se arruinan. Su vida como dama respetable de la alta sociedad ha terminado. Penélope recupera su fortuna de debajo de las tablas del suelo y se e...