𝑨𝑪𝑻 𝑰𝑿

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Killian Shelby llegó a las vidas de Aurora y John un 31 de octubre para llenarlos de alegría y de todo el amor que podría existir en el mundo. Ya habían transcurrido dos años desde el nacimiento del pequeño de la familia, dos años en los que vivieron entre paz y tranquilidad, llenos de armonía. Sin embargo, el 1921 comenzó un poco tosco y sombrío con la muerte de Freddie Thorne debido a la peste, quien había dejado a un niño huérfano y a Ada Shelby completamente destruida, aparte de viuda. Ya hacía demasiado tiempo que la única hembra de la familia no quería tener nada que ver con ellos, allí en Londres no quería que nadie le relacionara con el apellido Shelby. Y en la capital no todo estaba tan bien como estaban las cosas en Small Heath, al menos hasta la fecha, ya que alguien anónimo y quizá un nuevo enemigo hizo estallar el Garrison usando bombas a primera hora de la mañana justo el mismo día del entierro de Thorne.

Aurora notaba el ambiente tenso, la reunión familiar convocada por el cabecilla de la familia estaba, extrañamente, en silencio. Y es que todos estaban muy nerviosos con la noticia de aquella tragedia, no sabían a qué diablos podían enfrentarse después de esos años en los que vivieron en calma. Los primeros en tener roces fueron ellos mismos, la pareja vivía en continuos desacuerdos desde el mismo día que el pub fue casi destruido por completo. Por suerte quedaron los cimientos y podrían reconstruirlo, sin embargo, John vivía con una intriga y unos nervios que a la castaña le amargaban.
Y no porque no entendiera que ahora tenían una familia y corrían el doble de riesgos, ella también estaba preocupada por su hijo, Killian era lo que más quería en la vida. Pero las actitudes que últimamente tomó con ella desde la noticia solo hacían distanciarles, porque el de ojos verdes solo la apartaba de los asuntos de trabajo. Trabajo que era de ambos.

𝐀 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐘 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎  ───  𝙅𝙤𝙝𝙣 𝙎𝙝𝙚𝙡𝙗𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora