❧ ༒︎ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔.4 ༒︎ ❧

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Daba vueltas por la habitación contigua a la sala de operaciones preocupado. Yubin le había tomado el relevo y ahora era éste quien asistía a Ziyi. Permanecía atento por si necesitaban algo, aunque ahora poco más podía hacer. El líder entró en la casa enfurecido.

- Jovencito, ahora mismo quiero que me expliques por qué has cancelado la prueba. ¿Qué era eso tan urgente? ¿Y qué hace Ziyi operando?

- Durante la prueba escuché un grito y al acercarme pude ver a un joven tirado en el suelo desangrándose. Está en muy mal estado. Si tiene una oportunidad de sobrevivir, sólo Ziyi puede ayudarlo.

- ¿Has traído a un maldito humano a nuestra aldea? - preguntó la Luna del clan colérica - ¿Estás loco? Sólo espero que no salga de esta o nuestra manada estará en peligro.

- La cuestión es que él no es humano, Luna.

- ¿Cómo lo sabes? ¿Es un lobo de otra manada, otro clan?

- No lo sé.

- Imposible. Si fuera así ya estaría curándose solo.

- Lo sé. Eso pensé al principio, pero al lamer su sangre para curar su herida, lo vi, lo sentí. Si de algo estoy seguro es que no es humano.

- Tampoco huele a lobo.

- Calmaros. Jing Tong, querida, no te alteres. Seguro el muchacho tiene una buena razón.

- Se nota que es tu favorito. Incluso más que tus propios hijos. Claro, como él es el hijo alfa que nunca tuvimos...

- Esto no tiene nada que ver con eso. No digas tonterías. Continúa, pequeño. Cuéntanos todo lo que pasó.

Después de contarles lo sucedido, dónde lo encontró, lo que sintió, el estado en el que estaba, su debate interno y la decisión de salvar una vida antes que ganar la posición de líder, Jianmin asintió.

- ¿Cuántos años dices que tiene?

- No lo sé. Es joven. ¿Sobre unos 20, tal vez?

- Entonces, cabe la posibilidad de que sea un licántropo y muy probablemente sea de nuestra manada.

- ¿Cómo puede ser eso?

- Durante la masacre de hace 19 años, no sólo perdimos miembros adultos. También cachorros que no se llegaron a encontrar. Dimos por sentado que habrían sido el alimento de animales salvajes o que los humanos se los llevaron como trofeos.

- ¿Estás diciendo que ese muchacho puede ser un miembro perdido de la manada Luna? - preguntó Jing Tong.

- No podría asegurarlo hasta ver su transformación, pero es una posibilidad. Pequeño, hiciste bien en rescatarlo. Tomaste la decisión acertada.

- Gracias, Alfa.

- Hay que saber priorizar y tú lo has sabido hacer. Salvar la vida de un miembro de la manada es más importante que una cacería.

- Aún así, Alfa, ¿cómo puede ser que esté en ese estado? ¿No se supone que si es un lobo debería estar curándose solo?

- No si se ha criado entre humanos y no ha dejado que su lobo se desarrolle. Por lo que me cuentas, parece que ese muchacho aún no le ha aullado a la luna.

- Entiendo - contestó reflexivo.

Aullarle a la luna es el paso más importante de todo licántropo. Es la iniciación como lobo y la primera transformación. Desde que nacen, son preparados para ese momento. Cuando su lobo despierta, cosa que suele ocurrir entre los 11 y 13 años, sucede la primera metamorfosis. Cuando se convierten en lobos, es el momento del primer aullido, que va dedicado a la diosa Luna para recibir su protección y su bendición.

Si se había criado entre humanos, no era tan descabellada la idea que proponía el Alfa. Una familia humana no podría preparar a un cachorro para su primer llamado. Seguramente que lo habían desconectado de su naturaleza desde el primer momento. Más, si como sospechaban, lo habían acogido siendo un bebé. Tenía que ayudarlo. Su lobo interior se lo reclamaba.

- De todas formas, esperemos a ver qué sucede. Si la diosa Luna está de su lado, o por el contrario, lo ha abandonado. Si sobrevive, tendremos que hablar con él. Aunque con su lobo dormido, tiene pocas probabilidades.

- ¿Qué podemos hacer, Alfa? No puedo dejarlo morir así.

- Sólo una marca puede salvarlo ahora. Si se enlaza con su destinado, eso puede despertar a su lobo dormido.

- Pero... ¡Eso que dices es imposible! Ni siquiera sabemos su casta, mucho menos quien es su mate.

- Por eso, pequeño. Lo único que podemos hacer es rezar a la diosa Luna para que lo bendiga.

No estaba conforme con la respuesta del Alfa. Sabía que la diosa Luna tenía un plan para cada uno de ellos, sin embargo, para llevarlo a cabo necesitaba de la ayuda de sus lobos. Repasó los sucesos y cayó en la cuenta de que no lo había abandonado. Se lo había encargado a él.

- La Diosa no lo ha abandonado, si fuera así, yo no lo habría encontrado y rescatado. Un par de minutos más tarde y estaría muerto. Ahora, no sé qué quiere que haga. Es muy arriesgado marcarlo. Si es un alfa, moriríamos los dos. Si estoy equivocado y es un humano, él moriría de inmediato.

- Pero cabe la posibilidad de que sea un omega. Hay un 50% de posibilidades. Porque me fío de tu instinto y, sin lugar a dudas, ese muchacho es un lobo.

- Aún así, aunque fuera omega, no tiene porqué ser mi mate. Si lo marco y nuestros lobos se rechazan, en el mejor de los casos, él moriría y yo me quedaría sin mi lobo.

- Nadie ha dicho que tengas que ser tú. No te preocupes, confiemos en las habilidades de Ziyi. Es una buena doctora.

Seguía sin estar convencido. Es verdad que las manos de Ziyi eran un tesoro y que sus habilidades superaban con creces las de cualquier médico, pero ella trataba lobos, licántropos completamente despiertos y desarrollados. La curación natural también la ayudaba mucho, no eran sólo sus habilidades.

Por dentro, su lobo seguía intranquilo, dando vueltas, al igual que él. Se preguntaba cuál era el plan de la Diosa, por qué lo había puesto en el camino de aquel joven y por qué tuvo que ser él quien lo salvara de una muerte inminente. Los pensamientos y dudas se acumulaban en su mente sin ninguna respuesta.

Un grito alterado lo sacó de su mundo. Su lobo empezó a aullar de dolor y se vio completamente paralizado. El color se le había ido de la cara y su cuerpo temblaba de miedo.

- ¡Lo perdemos, Yubin! ¡Rápido! Hazle un masaje directo.

- Ziyi, esto está peor de lo que pensábamos.

- ¡Mierda! Hay mucha sangre, no veo nada. Necesito aspiración.

- No puedo hacer las dos cosas a la vez.

- ¡Lo estamos perdiendo! ¡Se nos va! Venga, pequeño, aguanta. ¡Más sangre!

- Ziyi, es imposible, déjalo ya. Has hecho todo lo que has podido.

- ¡Mierda!

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