❧ ༒︎ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔.16 ༒︎ ❧

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Los tres alfas se dispusieron a abandonar la cabaña.

- Espera un momento, Zhan - dijo el Alfa -. Hay algo que quiero hablar contigo. Serán sólo unos minutos.

Zhan asintió con la cabeza. Miró para sus amigos.

- Adelantaros vosotros. Yo voy enseguida. Cuidar de Yibo por mí.

Los dos asintieron y siguieron su camino. Quedaron los tres solos. Zhan se volvió hacia el Alfa y la Luna.

- Ahora deja que te hable como un padre - se acercó a él y lo abrazó -. Lo has hecho bien, Zhan. Estoy muy orgulloso de ti. No sólo yo, también tus padres lo están - se separó y lo agarró por los hombros -. Serás un buen Alfa. Ahora debes descansar. Nos queda un largo camino por delante. Cuando Yibo despierte, tendréis mucho de lo que hablar y una labor que llevar a cabo. Puede que sea algo duro, pero sé que podrás con ello. Reuniré a la manada durante la próxima luna creciente. Ya hemos dado el aviso. Anunciaremos los resultados, presentaremos a Yibo y haremos el ritual para que Heng Jun regrese a la Luna. ¿Estás preparado para enfrentarte a ello?

- Será difícil, nadie desea entrar en la casa de un cazador. Sin embargo, traeré de regreso al anterior Alfa y afrontaré las consecuencias ante la manada.

- No te angusties por eso. La manada entenderá. Sobre todo, el clan de la Luna Creciente. Hiciste lo correcto.

- Jianmin tiene razón. Estoy muy agradecida por lo que has hecho. Has salvado la vida a Yibo y por fin, después de tantos años, Heng Jun podrá regresar a la manada - dijo la Luna entre lágrimas -. Gracias por tomar esa decisión tan difícil y arriesgarte.

- En este caso, no tenéis que darlas. Soy yo el que está agradecido por todo lo que habéis hecho por mí. Gracias por vuestro apoyo y comprensión.

- Ya seguiremos hablando cuando Yibo despierte. Tendremos que enseñarle a ser un lobo. Debemos ser pacientes con él. Habrá muchas cosas que no va a entender. Regresa con él.

- Gracias, Alfa. Luna - hizo una reverencia, sonrió y se fue.

En la casa de Zhan, Yubin organizaba las pertenencias del joven. La puerta se abrió y Ziyi entró seguida por Bowen.

- ¿Cómo sigue?

- Aún duerme. ¿Qué tal fue la reunión? - miró en dirección a la puerta. Se preocupó al no ver al azabache - ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde está Zhan?

- Viene ahora. El Alfa quería hablar algo con él. Estará bien.

Escucharon un ruido. Yibo se estaba moviendo. Ziyi y Yubin acudieron a su lado. Vieron como intentaba abrir los ojos. Estaba despertando. La pareja suspiró aliviada. El omega los miró desorientado. ¿Quiénes eran esas dos personas y dónde estaba? ¿Qué había sucedido? Poco a poco los recuerdos fueron llegando a su mente. Tenía mucho que procesar, sin embargo, estaba feliz. Había conocido a su madre. Sonrió.

- ¿Dónde estoy? ¿Quiénes sois vosotros?

- Estás en la casa de Zhan, en la aldea de la manada Luna Nueva. Yo soy Ziyi. Él es Yubin y ese alfa de ahí es Bowen.

- Ho... Hola, Yi... Yi... Yibo... - dijo Yubin tembloroso - So... Soy Yu... Bin.

- ¿Eres tartamudo?

- No, no lo sss... Soy.

- Cualquiera lo diría.

- Sólo tartamudea cuando se pone nervioso. Yubin, tranquilo. Discúlpalo, Yibo, no está acostumbrado a hablar con extraños y es muy tímido. Pronto cogerá confianza.

Ziyi se sentó en una silla que estaba a su lado y revisó los tubos de drenaje. Apretó un poco el vientre del joven y vio que no salía nada por ellos. Ya podía quitárselos.

- Dime, Yibo, ¿cómo te encuentras? ¿Te duele algo?

- No, me encuentro bien. ¿Qué me ha pasado?

- Eso mismo es lo que nos gustaría saber a nosotros. ¿Qué sucedió?

Yibo se quedó pensativo. Recordó los sucesos de ese día. Se llevó el brazo izquierdo a la cabezada y tapó sus ojos con él. Ziyi quitaba los tubos. Observó las pequeñas heridas. Puso un par de puntos de aproximación. Se sorprendió cuando Yibo empezó a reír.

- Una bruja. Jajajaja. Una bruja me lanzó un hechizo.

Ante la absurda respuesta del joven, Ziyi rio con él también. Esa risa nerviosa, fue la que recibió al azabache cuando entró en la habitación. Miró la escena emocionado. No pudo contener su alegría y corrió hasta Yibo. Lo agarró y abrazó muy fuerte. Hundió su cara en su cuello, en el lugar dónde lucía su marca y unas lágrimas de alivio resbalaron de sus ojos.

- ¡Por fin has despertado!

- No seas exagerado, Zhan. Sólo pasó un día. Y ten más cuidado. ¡Por poco me tiras!

Zhan se separó un poco sin soltar el abrazo y miró para su amiga. Sonreía y lloraba feliz. La alfa se rio al verlo.

- Perdona, Ziyi, no me pude contener.

- Y así siempre... - suspiró

Ziyi se levantó y empezó a recoger los materiales médicos. Se acercó a Yubin, rodeó sus hombros por la espalda con su brazo y miró a la recién creada pareja.

- Ahora que llegaste, nosotros nos vamos. Ha sido una noche y un día muy largos y Yubin necesita descansar - le dio un beso en la mejilla y acarició su cara con delicadeza -. Os dejaremos solos. Supongo que tendréis muchas cosas de las que hablar.

Zhan soltó a Yibo y se acercó a la pareja. Les dio un abrazo. Tenía los mejores amigos. Estaba muy orgulloso de ellos. Eran listos, inteligentes, fuertes, valientes, leales, con una gran corazón y grandes habilidades.

- Gracias, chicos. Gracias por creer en mí y apoyar mi locura. Sin vuestra ayuda, el resultado hubiera sido otro. Ya hicisteis suficiente. Ahora, descansar.

- Somos amigos, compañeros, camaradas y por muy loco que estés, siempre vamos a confiar en las decisiones que tomes - dijo la alfa.

Yubin asintió apoyando las palabras de la mujer. Zhan miró para Bowen. Se dirigió hacia él y agarró suavemente uno de sus brazos.

- Bowen, lo has hecho bien. Eres fuerte, rápido, valiente y astuto. Una simple decisión errónea no define tu futuro. Cuento contigo.

Ambos asintieron con la cabeza y se despidieron. Los tres salieron de la sala dejando a la pareja sola. Zhan se volvió hacia Yibo, que estaba sentado en la cama, y se sentó a su lado. Lo rodeó con su brazo y lo atrajo hacia su pecho. Acarició su rostro disfrutando de esa sensación.

Yibo alzó la vista. Miró al alfa. Le pareció hermoso. Podía observarlo bien. Su pelo negro caía hasta la cintura. Era sedoso y brillante. Su rostro era hermoso. De tez ligeramente tostada, ojos negros, nariz recta y pequeña. Unos labios finos y rojizos. Un lunar decoraba la esquina inferior izquierda de su boca. Vestía de negro. Era algo más alto que él. Tenía un cuerpo atlético, delgado y elegante. Sin lugar a dudas, el ser más bello que sus ojos habían contemplado.

- ¿Te gusta lo que ves?

Yibo asintió.

- Zhan, tengo muchas cosas que contarte. Estuve con ellos.

Luna nueva Luna creciente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora