❧ ༒︎ 𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔.7 ༒︎ ❧

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No sabía si estaba siendo arrastrado por la fuerza centrífuga del agujero o era éste el que estaba en movimiento. Pequeños puntos y haces de luz de color cruzaban su camino. Se estaba mareando. La sensación era vertiginosa. El tiempo no corría y a la vez avanzaba muy deprisa. Los conceptos de tiempo y espacio, a los que tanto estaba acostumbrado, empezaban a diluirse. No sabía si estaba yendo hacia arriba o hacia abajo. Si era plano o tenía dimensión. Así que eso era un agujero de gusano. Aunque no estaba interesado en la metafísica, había escuchado algo sobre ellos. Viajar por uno resultaba confuso y fascinante. Lo estaba disfrutando como si fuera un niño pequeño en su primera excursión del colegio.

Todo paró. Se encontró en una oscuridad absoluta. Completamente desorientado y sin saber qué hacer. Repentinamente cayó y aterrizó en medio de un bosque. Era el mismo claro y el mismo lago en el que había estado, aunque había algo diferente. El lugar era el mismo, pero no se sentía igual. Como si de hologramas se tratara, las figuras de hombres, mujeres y lobos fueron apareciendo ante él. El ambiente era alegre y agradable. Los cuatro clanes estaban reunidos para llevar a cabo algún tipo de celebración o ritual. Algunos en su forma humana, otros en su forma de lobo. Los niños corrían, jugaban y gritaban alegres. Una mujer llamó su atención. Se acercó para verla mejor.

En sus brazos cargaba un pequeño bebe rosado y a su lado, un niño, de unos cinco años, miraba curioso ese pequeño ser. La mujer mecía al bebé y le sonreía feliz al niño. Un lobo de pelaje marrón claro y las orejas color café, se acercó a ellos. Lamió cariñosamente a la mujer y después acarició con su hocico al niño y al bebé.

- ¿Ya está todo listo?

El lobo se transformó y volvió a su forma humana. Se sentó al lado de la mujer y cogió al niño para sentarlo sobre sus piernas.

- Sí, ya casi es la hora - respondió el alfa -. ¿Qué tal el pequeño Bo?

- Ahora que ha comido, duerme profundamente.

- Haikuan, pequeño, mamá y yo tenemos cosas que hacer. ¿Cuidarás de tu hermanito por nosotros hasta que llegué el momento?

- Sí, papi. Confiar en mí. Yo cuidaré de mi hermano - dijo seguro llevándose el puño al pecho.

- Jajaja. Ese es mi pequeño. Cuando crezcas serás un gran alfa - su padre le revolvió los cabellos castaño oscuro.

- Entonces, ahora me voy más tranquila sabiendo que mi bebé está en manos del cachorro más fuerte y valiente de la manada.

Los tres reían felices. Unas lágrimas rodaron por las mejillas de Wangji. Su corazón se aceleró. Quería abrazarlos, tocarlos, sentirlos.

- Ten, Hai. ¿Podrás con él?

- ¡Claro que sí, mami! Soy un cachorro muy fuerte.

- No lo dudaba.

La omega dejó al bebé en los brazos del menor, quien, con mucho cuidado de no despertarlo, lo tomó y besó en su frente.

- No te preocupes, Yiyi, yo cuidaré de ti muy bien mientras mamá y papá no están.

El hombre se levantó y le tendió la mano para ayudar a su mujer.

- Luna.

- Alfa.

Ella tomó su mano y juntos se alejaron de los cachorros. Más niños se acercaron a ver al bebé.

- ¿Cómo se llama? - preguntó uno.

- Wang Yibo.

- ¿Cuándo nació? Es muy pequeño - observó una niña.

- En la última luna creciente.

- ¿Es tu hermano?

- Sí, lo es. Ahora está durmiendo y nuestros padres se han ido para iniciar el ritual. Así que no hagáis ruido. No quiero despertarlo.

- ¿Quiénes son tus padres?

- El Alfa y la Luna del clan Luna Creciente.

- Mi papá es el beta de luna nueva y yo algún día seré el Alfa, me casaré con tu hermano y se convertirá en nuestra luna - una enorme sonrisa se dibujaba en el rostro de un pequeño niño de ojos y pelo azabache.

- Calla, Zhanny. Tú que vas a saber. El próximo Alfa seré yo, para algo soy el hijo del actual - interrumpió un niño un unos años mayor.

El azabache se cruzó de brazos, hizo un puchero, se dio la vuelta y pateó el suelo.

- ¡Uhm! Ya verás, por engreído serás un omega - dijo por lo bajo.

Antes de que empezara una acalorada discusión entre ellos, un aullido conjunto de los Alfas de los clanes llamó la atención de todos los presentes.

Sobre una roca que se alzaba encima del lago, cuatro grandes alfas aparecieron majestuosamente acompañados por sus respectivas parejas. La manada entera estaba atenta a sus líderes. El Alfa del clan Luna Creciente dio un par de pasos al frente.

- Queridos compañeros, amigos, familia. Esta noche tengo el gran honor de presidir el ritual de la primera luna llena del año. Además de la gran satisfacción de presentaros oficialmente al nuevo miembro de la manada.

Haikuan fue junto a su padre. Se situó a su lado con el bebé en brazos y lo mostró al resto de la manada.

- Su nombre es Wang Yibo, mi hijo, nacido en la pasada luna creciente.

La manada al completo aulló dándole la bienvenida al nuevo miembro, con la alegría añadida por ser el hijo de uno de los Alfas.

"Bienvenido a la manada, Wang Yibo. Que la diosa Luna ilumine tu camino por los oscuros senderos de la noche. Diosa Luna, bendice con tu sabiduría y benevolencia a este nuevo hijo y protégelo de cualquier adversidad."

Wangji pudo entender el significado de aquel aullido. Algo dentro de él se removió y se emocionó. Lágrimas de felicidad mojaban su rostro. Era una escena hermosa y conmovedora. Vio como el alfa y la omega rodeaban a sus cachorros y los acariciaban con sus cabezas orgullosos. La alegría y felicidad reinaba en el ambiente. Los padres miraban llenos de amor a su nuevo cachorro. Un amor tan grande, capaz de superar el tiempo y el espacio. El corazón de Wanji se aceleró. Sintió todo ese profundo cariño. Lo sentía en su interior, golpeando fuerte en el centro de sus sentimientos.

El Alfa se separó de su familia. El niño bajó con cuidado de la roca y la Luna regresó con las otras Lunas. Nuevamente, el líder se dirigió a la manada.

- Ahora daremos inicio a la celebración de la primera luna del año.

Unos fuertes aleteos en las copas de los árboles más cercanos, alertaron a la manada. Algo estaba pasando en el bosque. Un grupo de lobos se dispersó en distintas direcciones perdiéndose entre los árboles. No tardaron mucho en regresar horrorizados.

"¡Humanos! Los humanos nos están rodeando y vienen con sus armas de fuego."

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