°Fiveteen°

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Solansh Miller


—¿Qué te pasa?!— me cuestiona molesta, tras romper el beso y mirarme con molestia

— Qué?.. solo fue un beso— respondí, obviamente despreocupada

Ella me fulmina con la mirada y yo solo le sonreí dulcemente

De repente se escucha que alguien entra por la entrada, a lo que Juli se tensa algo nerviosa, al parecer imaginando quién sería.

— Carajo, ya llegaron..— murmura algo impotente, a la vez que mira por las escaleras y luego a mí, sin saber qué hacer — Esto no se quedará así— me advierte entre dientes, antes de agarrarme de la muñeca y llevarme a una de las habitaciones del pasillo sin decir una palabra

En cuanto entramos a la oscura habitación, Juli se asegura de ponerle seguro a la puerta y estando yo detrás de ella permanecemos en silencio; expectantes a lo que sea que pase del otro lado.

Esto es extraño..

  Se escuchaban pasos aproximándose, seguido de unas voces hablando o murmurando algo por el pasillo. En cuanto se escucha como una de las puertas se abre y luego se cierra, Juli suelta todo el aire que retenía; relajando al fin su cuerpo.

Parecía como si... les temiera a aquellas personas; y que seguro eran sus padres.

—¿Mami y Papi son muy malos contigo?— le pregunté divertida, a lo que ella en un movimiento rápidamente me pone contra la puerta y me mira furiosa, agarrando mi cuello un poco puerte. Creo que mi dulce Julieta no es tan dulce..

Cállate, cállate maldita insolente sin códigos!— me susurra furiosa, muy cerca de mi rostro— ¿Qué pretendes con meterte a mi casa y.. besarme,
eh?— cuestiona mirándome fijo y yo no respondí — ¿Acaso estás drogada o algo así?.. porque te recuerdo que tengo novio y muy pronto voy a casarme— agrega, aunque noté su voz.. como si al decirlo se le hiciera un nudo en la garganta

—.. ¿En serio vas a seguir
negandolo?— fue lo único que dije, sintiendo un leve nudo en mi garganta

Ella se queda en silencio por unos segundos, incluso estuvo a punto de soltar mi cuello.

— No tengo nada que negar.. porque no tengo nada que ocultar— responde sin más, para después soltar mi cuello y alejarse

Es cuando ella enciende la luz, permitiéndome observar mejor en dónde estábamos.

Su habitación era cálida, pero un poco.. oscura. O es la sensación que me generó.

Las paredes eran gris oscuro, los muebles eran negro y, las sábanas, mantas y almohadas de su cama eran bordó (que por cierto estaba algo desordenado). El suelo era de madera y, tenía un ventanal detrás de la cama; justo en el respaldo, las cortinas eran blancas y, tenía de decoración unas luces que estaba sobre el respaldo de la cama aunque estas estaban apagadas.

Un aroma a chocolate y coco estaba impregnado en cada rincón de la habitación, dándole un toque cálido y.. adictivo.

Ella suspirando se sentó en la punta de su cama y me observa entre pensativa y molesta. Sin embargo, sus mejillas estaban rojas.

—¿Qué?— dije, por la forma tan intensa de su mirada hacia mí

Suspira, a la vez que vuelve a acostarse en su cama.

— ..No podrás salir hasta mañana; mi padre controla la alarma de la casa desde su celular. — explica, a la vez que acomoda su almohada
— Así que tendrás que esperar hasta las 7, que es cuando se va.— agrega, a la vez que reposa su cabeza en la almohada y me observa desde su lado de la cama seriamente

•Mi Dulce Julieta• [+21] ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora