Catorce razones para volver

• Prólogo.

Hay cosas que nunca se pueden olvidar, por mucho que el tiempo pase. Las llevas contigo, como una sombra que te acompaña a cada paso, sin importar lo rápido o lo lejos que intentes correr. Mi vida cambió cuando me fui de Hollowridge, ese pequeño rincón al que llamaba hogar. Pensé que mudarme a Ravensfield, empezar la universidad, me ayudaría a dejar atrás todo lo que había quedado inconcluso, las dudas, los recuerdos, y, sobre todo, a Nero.

Pero hay algo que no se va, una especie de vacío que ni el tiempo ni la distancia logran llenar. Aunque el mundo que me rodea es nuevo y excitante, aunque tengo amigos, estudio lo que siempre quise y estoy con Adrián, alguien que me cuida y me quiere, no dejo de sentir que falta algo. O, tal vez, que sobra algo.

No sé cuándo empezó este sentimiento, si fue desde el momento en que Nero desapareció de mi vida sin explicación, o si comenzó mucho antes, cuando aún no entendía la magnitud de lo que estaba ocurriendo. Solo sé que desde entonces, nunca he vuelto a ser la misma. Nunca he dejado de buscar respuestas, aunque ni siquiera sé cuáles son las preguntas.

Ahora, las cosas han cambiado de nuevo. He intentado avanzar, reconstruir mis emociones, abrirme a nuevas experiencias, pero siempre hay algo —o alguien— que me arrastra hacia el pasado. No puedo dejar de pensar en él, en su rostro, en el silencio que dejó tras de sí, en las promesas que nunca cumplió. Y en medio de todo esto, Adrián está aquí, frente a mí, ofreciéndome todo lo que cualquier chica podría desear. Y sin embargo... no puedo corresponderle como debería. No del todo.

Tal vez nunca he sido una persona fácil de entender. Ni siquiera yo me entiendo la mayor parte del tiempo. Pero algo en mi vida está por cambiar, lo sé. Es como una corriente que siento en lo más profundo, una especie de presagio que me dice que el pasado nunca desaparece por completo. Puede permanecer oculto, esperando, pero al final siempre encuentra el modo de volver.

Y ahora, mientras miro mi reflejo en la ventana empañada de mi cuarto, siento que esa sombra que siempre ha estado conmigo se está volviendo más nítida. Algo va a suceder, algo que podría desmoronar todo lo que he construido hasta ahora. Lo que no sé es si estoy preparada para enfrentarlo.

Lo único que sé es que nada volverá a ser como antes.
Un día a la vez.