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Madeleine

Respiro profundamente antes de empujar la puerta del local .

Inmediatamente suena una campanilla alertando mi llegada y en cuanto pongo un pie en la tienda, un gran retazo de tela me cubre la cara obligandome a retroceder sobresaltada .

Valla bienvenida

Casi al instante me retiro el trapo que cayó "accidentalmente" en mi cabeza y así puedo observar a la mujer de mediana edad que se ha plantado frente a mí con una genuina mueca de preocupación .

— ¡Oh querida!, ¡Que despistada soy!, discúlpame por ese recibimiento tan atroz... De verdad, no te ví, yo debería de ...—

Al ver que se está extendiendo demasiado decido intervenir .

— Estoy bien, señora Camelia, no tienes por que preocuparte, eso son cosas que nos suceden a todos — aseguro con una sonrisa

Suspira aliviada y cansada a la vez, mientras tanto me hace una seña para que entre por completo a su sastrería.

—¡Rodriguito, ven acá que tenemos visita! — chilla a la vez que nos acercamos a esa vieja mesa marrón, que sospecho tiene más edad que nosotras dos juntas, y la cual utiliza como escritorio .

Se ajusta las gafas de media luna (que por cierto están bastante rotas, supongo que por su torpeza y el montón de años que tendrán con ella) y empieza a rebuscar entre el montón de hojas, cintas métricas, remiendos, tijeras y desorden que hay en su "escritorio" que tiene pinta de todo menos de eso .

Unos pasos se oyen llegar y casi al instante me giro al lugar donde se supone está la trastienda y observo al jovencito de cabello rojo y rizado que me sonríe con timidez .

— Hola Rodrigo — digo meneando la mano en el aire

Él parece que sufrirá un ataque de pánico mientras se tuerce los dedos con frenesí

— Emmm ... H-hola — saluda con las mejillas teñidas en color rojo como su pelo

Le sonrío con amabilidad

Su abuela que hasta ahora nos había estado observando con curiosidad esboza una sonrisa casi con pena

Yo haría lo mismo si tuviera un nieto tan deprimente

— Rodriguito, ¿Podrías ayudarme a buscar mi libreta de apuntes? — dice ella para relajar un poco el ambiente

Él da un respingo y se apresura en asentir, pero antes de que empiece a buscar señalo la silla en donde Camelia está sentada .

— ¿No es esa de allí?—

Ella sigue la dirección de mis ojos y se levanta rápidamente sonriendo

— Que despistada soy. Si hubiese sido un bicho me muerde — dice sobándose las sienes

Y mientras yo decido ver a otro lugar que no sea el chico que habla con sus uñas, doña Camelia se dedica a buscar no se que en su desordenada libreta .

— En efecto Madycita, tu vestido ya está listo — confirma mirándome a los ojos muy contenta — Rodriguito hijo mío, traeme el vestido por favor —

El muchacho sale prácticamente corriendo al lugar de dónde salió hace unos minutos y vuelve rápidamente con una bolsa azul en las manos

— ¡Serás torpe!, Ese no es el vestido muchacho — reprocha su abuela nada más verlo

El chico enrojece más ( si es que eso es posible) y se regresa de nuevo a la trastienda. Al cabo de unos segundos regresa, pero esta vez si trae la prenda correcta y lo confirmo por la mirada de aprobación que le echa su abuela .

— ¿Te lo quieres probar? — me pregunta ella

Rápidamente niego con la cabeza

— Ya me lo probaré en casa, es que tengo un poco de prisa — respondo

— En ese caso me avisarás si tiene algún fallo para poder enmendarlo —

Recibo la bolsa que me ofrece

— ¿Cuánto es? —

— Quince con setenta y tres —

Meto mi mano izquierda en el bolsillo de mi pantalón y saco el dinero que corresponde pagarle .

En cuanto me da el cambio me despido y procedo a salir de la tienda, pero antes de tocar la puerta, Camelia carraspea y me llama...

— ¿Madycita?—

— Si — me giro para poder verle

— Rodriguito se preguntaba si querrías ir a comer un helado con él —

Automáticamente observo al aludido que parece querer enterrar la cabeza en la tierra como las avestruz y vuelvo la vista hasta la señora que espera mi respuesta

— Claro que sí —

A ver, claramente no le podía decir que no, es obvio que el pobre no tiene siquiera amigos, además ¿Que puede salir mal?

Spoiler: todo

— Muy bien, entonces el sábado pasará por tu casa a buscarte — asegura

Sin más que decir salgo definitivamente del local, está vez directa a casa y con un solo pensamiento en mente : debía acompañar a mi abuela al cementerio.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2024 ⏰

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