DÍA 9

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Domingo 28/02/21

Hoy me levantaron 5 minutos antes del desayuno. Cada vez me despiertan más temprano, mañana seguro lo hacen cuando todo ya este servido en la mesa.

Me cambie y fui al comedor, tome mis pastillas y me senté a recibir mi mate cocido. Después conocí a un chico nuevo, era muy tímido y antisocial. Le escribí una carta para que sepa que puede confiar en mí. También conocí a la chica que ingreso justo cuando yo tenía mi crisis de anoche, se llama Valentina. Me puse a jugar al Uno con ella, se nos sumaron Cata y Agus. Al terminar jugamos al Jenga.

Más tarde salí al patio con Gonzalo, Jack, Sami y Lucas. Estaba Andrea también, pero se fue cuando llegue. De cualquier forma, me quedé afuera y me puse a hablar con los demás. Les conté sobre una novela que estoy escribiendo "El roba cuerpos".

Tuve que entrar porque recibí 2 llamadas: una de mis papás y otra de mis hermanas. Me puse un poco melancólico, pero ayer me prometí que esta semana NO VOY A TENER NI UNA SOLA CRISIS MÁS. ¡CREADENCE NO ME VA A GANAR!

***

Para mi suerte en el almuerzo arreglaron la atrocidad de cortar el espagueti y me dieron tenedores para comerlo. Al terminar salí al patio a leer. Me aparte en las reposeras del fondo hasta que llegaron Lucas y Sami. Entonces nos pusimos a charlar de todo un poco: de experiencias paranormales, de trabajo, de estudio, de la vida en general. Ya son las 14:30 y nos hicieron entrar. Voy a terminar de pintar otra mandala y luego seguiré leyendo.

***

Al final me fui de ilegal con Cata al cuarto de Agus. Nos pusimos a hablar de anime y de las convenciones a las que habíamos ido, vimos una serie y hasta encontramos un canal de tele que pasaba música (k-pop). Fue muy lindo. Cuando nos cansamos cada una se volvió a su pieza y un enfermero nos retó porque andábamos deambulando en el horario de dormir la siesta. La verdad es que si tenia un poco de sueño así que si me fui a dormir, le eché la culpa a la inyección que me pusieron anoche.

Parece que rompí un millón de reglas al ir a hablar con las chicas aisladas por Covid, PERO TIENEN MI EDAD. Los demás en este pabellón tienen de 25 para arriba: 28, 30, 31, 45, 57, 77, 60, 90...

¡No me jodan! Si me hablo con la gente de 21 es porque lo necesito.

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Por la tarde tuve la suerte de recibir 2 llamadas hermosas. Primero la de Agus, quien estaba con el resto del infierno. ¡Fue hermoso hablar con ellos! Les pude decir lo mucho que los extraño y que aquí nadie quiere jugar al Uno con todas nuestras reglas locas. Los extraño tanto que me largue a llorar cuando hable con ellos. Fue una pena que en la llamada me interrumpieran bastante y no pudiera escucharlos muy bien, pero supongo que en la semana volverán a llamar y podre hablar mejor con ellos.

Al finalizar salí al patio con Sami, Lucas y Andrea (¡finalmente logramos hacer que salga de su cuarto de nuevo!). Estuvimos charlando un buen rato hasta que llego la siguiente llamada: ¡MI AMIGA ANDI! Me puso muy feliz hablar con ella, fue muy emotiva nuestra charla.

Volví a salir al patio e intenté enseñarle a Andrea a jugar al ajedrez, pero el coronel y Marisa estaban opinando a cada rato y no nos dejaban en paz. Al final la partida termino en tablas. Después, el coronel y yo jugamos varias partidas más hasta la hora de cenar (ensalada de trigo con tortilla de papas). Casi al terminar Giovanni tuvo una crisis y con el cuchillo se hizo un tajo gigantesco en la pierna. Tuvieron que llamar al medico de guardia y se lo llevaron para suturarlo.

Cuando nos dejaron salir del comedor yo fui a ver a Valentina, porque no había ido a cenar. Me la encontré llorando horrible en su pieza, entonces les pedí a los enfermeros que llamaran a la psiquiatra de guardia. Cuando esta se fue, Valentina seguía llorando y hasta se la veía peor que antes. Con Cata entramos a su habitación a tratar de consolarla. La enfermera mala (a quien nosotros llamamos Tronchatoro) nos trato re mal, al igual que lo había hecho la médica de guardia.

Me mandaron a mi habitación, a pesar de que yo quería quedarme con Val. Creadence se volvió loco y empezó a gritar. Yo sabia que algo malo iba a pasar. Me asusté y empecé a llorar y a gritar aun más. Todo a mi alrededor parecía un arma, así que vacié el armario y me encerré dentro de él. Yo jure, ME JURE, que no iba a dejar salir a Creadence, o que si él salía lo iba a poder controlar. Pero no fue así.

Tronchatoro vino con la inútil de la psiquiatra de guardia y entre las dos me sacaron a la fuerza del armario y me metieron en la boca 2 pastillas sublinguales. Yo estaba medio ido. Logré escaparme de ellas y corrí al baño. Me metí abajo del agua de la ducha helada, así con ropa y todo. Quería ver si me calmaba. Creo que el agua ahuyenta a Creadence. Estaba toda mojada por lo que me ordenaron que me cambie con el pijama. Después la enfermera me puso un inyectable.

Cuando llegó Javi, el enfermero de la noche, yo me volví a poner como loco porque no podía dejar de escuchar la voz de Creadence en mi cabeza diciéndome que debía lastimarme. Él se apoderó de mi cuerpo y busco por todo el cuarto lo que sea con lo que pudiera hacerme daño. Estaba a punto de golpearme la cabeza con la punta de la cama cuando visualizo el cable del ventilador. Yo no sé de dónde saqué fuerzas para retomar el control del cuerpo. Salí corriendo hacia donde estaba Javi. Yo no quería ahorcarme, pero lo pesaba todo el tiempo, le dije. Mejor dicho, Creadence lo pensaba. Me quede con él, pero aun así, Creadence intentó ahorcarme igualmente con mis propias manos. Entonces Javi me obligo a tragar unas pastillas que me sedaron aún más. Cuando ya me desvanecía por el sueño, me trajo hasta mi cama y me quede dormido.

Contador de ataques de pánico: 1

CUANDO TOQUÉ FONDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora