Antología: Cuentos y Poemas Del Verdadero Yo

El robot que se volvió profesor. (Mención Honorifica CONISEN 2024)

Las consecuencias de nuestros actos son un reflejo de los valores heredados... O en su defecto, de la programación establecida.

Después del gran cataclismo el mundo quedó arruinado, y con una población drásticamente disminuida; el miedo gobernaba en la oscuridad que azotaba al planeta. Los pocos gobiernos restantes unieron fuerzas y crearon "DreamLand", un país en el que todos son bienvenidos y dónde no existe el temor ni el hambre.

Una vez que construyeron las ciudades y la población volvió a ellas, los líderes de este país se dieron cuenta que les faltaba una escuela, pero sobre todo a alguien que trabajara en ella. Convocaron a las personas que pudieran ser profesores para que trabajasen con el gobierno de DreamLand. Como no había muchos recursos (o eso se decía) ofrecieron una paga sumamente baja para la carga de trabajo que tal compromiso representaba. Nadie aceptó.

Existía un gran rezago estudiantil y los líderes querían educar a los niños y jóvenes, porque en sus palabras: "ellos eran, son y serán el futuro del mundo". DreamLand junto con los gobiernos que apenas se estaban recuperando unieron fuerzas y después de semanas, meses y años de trabajo lograron construir el primer y único robot del mundo. El 23 de noviembre de 2098 nació "Nextik". Él es un robot con forma humanoide, de colores metálicos y accesorios de rojo brillante. En el lugar de la cabeza tiene una gran pantalla cuadrada en la que utiliza emojis básicos cómo símbolos de expresión. Está acompañado de una gran bocina colocada en su boca para simular su voz.

"Nextik" fue programado para ser el mejor profesor del mundo, por lo que le otorgaron todo el conocimiento del pasado, del presente y del futuro, según decían; prácticamente era una supercomputadora humanoide, pero con la virtud de tener consciencia. Para tal avance tecnológico los líderes de DreamLand decidieron fundar una súper escuela dónde los niños contarían con las aulas más modernas, dotadas de inteligencia y tecnología digital, pues pronosticaban la creación de más robots como Nextik. En esta escuela estudiaban muchos niños, adolescentes y jóvenes. Había estudiantes de todo el mundo, o por lo menos de las pocas naciones que quedaron.

Iniciaron las clases y Nextik se presentó al aula de la nueva escuela. Alumnos de todo el orbe se reunieron en el aula, dispuestos a recibir educación. Entonces el maestro-robot inició el día diciendo un sencillo y simple "hola." Después de esto comenzó a dar clases de todo tipo; matemáticas, lengua, ciencias, educación física y hasta de danza. Los alumnos se asombraron con la presencia de un robot, pero al poco tiempo se fue el asombro y llegó la decepción. La presencia del profesor era nula. Él solo se coloca enfrente del pizarrón a hablar por horas, cosa que a los alumnos no les llama la atención. Por ende no es un grupo participativo, pero según Nextik, el primer día de clases fue muy productivo.

Este maestro-robot fué programado para seguir un plan de estudios creado y dictaminado por los líderes de DreamLand. Este plan se basa en que el robot es la fuente de todo conocimiento y que él tiene que instruir a sus alumnos; según su programación, tiene estrictamente prohibido cambiar el plan de estudios. Nextik, recordemos que tenía conciencia, se cuestionaba si los conocimientos estaban siendo transmitidos de una manera adecuada, pero no tuvo mucho tiempo para analizarlo porque el semestre siguió su curso; pasó otoño y antes de llegar el invierno, llegó la primera evaluación de conocimientos.

Un examen relativamente sencillo fue asignado por el robot. Pasaron una, dos y tres horas hasta que el último estudiante contestó el examen. Los estudiantes se retiraron del aula y Nextik comenzó a revisar las evaluaciones de sus alumnos. Uno, diez y treinta exámenes fueron analizados cuidadosamente y le dieron al robot una noticia que él no se esperaba: ¡Los estudiantes no estaban aprendiendo! Los alumnos que aprobaron el examen los podía contar con los dedos de una de sus robóticas manos.