El sótano de la mansión parecía más frío de lo habitual, como si las sombras de las paredes antiguas susurraran secretos guardados durante generaciones. Asha bajó las escaleras lentamente, con la mente en constante conflicto, pero determinada. La revelación sobre su linaje, su conexión con los kimer y la lucha interna que había estado librando durante días le pesaban en el corazón. Pero ahora, había tomado una decisión. Al llegar al laboratorio subterráneo, encontró a Liam esperando pacientemente, como si supiera que este momento llegaría tarde o temprano.
—Liam —dijo Asha con voz firme, aunque podía sentir cómo temblaba por dentro—. Estoy lista. Haré lo que sea necesario para revertir el estado de los kimer.
Liam la miró con sorpresa, pero sus ojos pronto se llenaron de alivio y algo que parecía una chispa de esperanza.
—¿Estás segura? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta—. Esto no es solo una decisión pequeña, Asha. Es la última voluntad de mis padres, pero también puede cambiar el destino de muchos... incluyéndote a ti.
Asha asintió, más decidida que nunca.
—Lo sé. Y lo haré. Si mi sangre puede ser la clave para devolverles su humanidad, entonces no puedo quedarme de brazos cruzados. No más.
Liam sonrió, aunque sus ojos brillaban con una mezcla de emociones.
—Finalmente... —susurró, como si hablara para sí mismo—. Después de tantos años, mis padres podrán descansar en paz sabiendo que su legado continúa. Vamos a empezar de inmediato.
...
Los días que siguieron fueron largos y extenuantes. Asha y Liam pasaron incontables horas en el laboratorio, analizando su sangre, comparando datos y experimentando con fórmulas que pudieran revertir la mutación de los kimer. El proceso no era sencillo. Revertir algo tan complejo como la transformación de un ser humano en un kimer requería más que solo ciencia; necesitaba esperanza, paciencia y una fortaleza emocional que, a veces, parecía agotarse.
Mientras tanto, Nain permanecía siempre cerca. Aunque no participaba directamente en los experimentos, su presencia era constante, vigilante. Nunca dejaba que Asha pasara un solo segundo sin su mirada protectora. Si bien él también estaba involucrado emocionalmente en la causa, su principal preocupación era el bienestar de Asha. Verla atravesar este proceso era tanto una fuente de orgullo como de preocupación para él.
—No quiero que te hagan daño —le dijo una noche mientras ambos descansaban brevemente en el laboratorio. Su mano acariciaba suavemente el cabello de Asha mientras ella se recostaba, agotada.
—Lo sé —respondió Asha, con una sonrisa cansada—. Pero estoy bien, Nain. No puedo detenerme ahora. Estamos tan cerca...
Nain no pudo evitar sentir una mezcla de admiración y temor por la determinación de Asha. Él sabía que lo que estaban haciendo era necesario, pero también sabía que estaban jugando con fuerzas poderosas que no siempre podían controlar.
...
Nain se encontraba en uno de los balcones de la mansión, sosteniendo el dispositivo de comunicación en sus manos mientras esperaba a que Will contestara. Tras un par de segundos, la voz de su amigo científico sonó al otro lado de la línea.
—Will, ¿tienes un momento? —preguntó Nain, con un tono que no ocultaba la urgencia.
—Claro, dime —respondió Will, su voz algo cansada pero atenta.
Nain tomó aire, sabiendo que lo que tenía que decir era importante.
—Hace un mes, Asha y yo descubrimos algo. Los kimer... no son solo monstruos. Son humanos. De alguna forma, han sido modificados, alterados... pero siguen siendo seres humanos. Lo hemos confirmado.
Hubo un breve silencio al otro lado. Nain podía escuchar la respiración contenida de Will, pero luego llegó una respuesta sorprendentemente calmada.
—Lo sabía —dijo Will, con una mezcla de resignación y frustración en su voz.
—¿Lo sabías? —repitió Nain, incrédulo.
—Lo sospechaba desde hace tiempo. Como científico, estaba asignado a estudiar partes y muestras de los kimer, pero nunca me permitieron trabajar directamente con uno. Hace unos meses, tuve acceso a información clasificada y comencé a notar ciertas irregularidades en los informes que recibíamos. La organización siempre era extremadamente cuidadosa con lo que compartía. Solo un grupo selecto de científicos podía experimentar directamente con los kimer. El resto de nosotros, los "ordinarios", solo recibíamos piezas... tejido, sangre, muestras muy específicas. Como si quisieran mantenernos en la oscuridad sobre algo.
—¿Qué fue lo que descubriste? —preguntó Nain, sintiendo un nudo formarse en su estómago.
—La genética de los kimer —respondió Will—. Durante mis estudios, noté que su ADN era extremadamente similar al de los humanos. Al principio pensé que era una coincidencia o que los kimer podrían haber sido alguna especie mutada. Pero cuanto más investigaba, más claro se volvía que no solo compartían similitudes con nosotros... sino que eran humanos, alterados genéticamente de alguna manera.
Nain frunció el ceño, tratando de procesar toda la información.
—¿Por qué no lo reportaste antes? —preguntó con una mezcla de preocupación y confusión.
Will soltó una risa amarga.
—Lo intenté. Pero como te dije, solo unos pocos privilegiados tenían acceso completo a los kimer. Cada vez que intentaba presentar mis hallazgos, mis informes eran ignorados o enterrados en la burocracia. Sabía que algo no estaba bien, así que comencé a investigar por mi cuenta.
—¿Qué fue lo que encontraste? —insistió Nain, su voz más tensa.
—Encontré papeles antiguos de la organización Kalon —respondió Will con gravedad—. Archivos que demostraban que sabían desde el principio que los kimer eran humanos. Este grupo experimentaba con sus propios soldados. Modificaban sus cuerpos con la excusa de mejorar la especie humana, pero lo que terminaron creando fueron los kimer. Esos "monstruos" que todos temen, en realidad, son víctimas de experimentos atroces.
Nain sintió una furia creciente en su pecho. Todo lo que él y Asha habían vivido, toda la muerte, el dolor... estaba basado en mentiras.
—Entonces, todo este tiempo... —murmuró Nain, con los dientes apretados—. Todo este tiempo, la organización lo sabía. Sabían que los kimer eran humanos, pero aun así permitieron que los cazaran y los usaran como armas.
Will suspiró pesadamente.
—Sí. Y no solo lo permitieron, sino que lo fomentaron. Los kimer se convirtieron en una excusa perfecta para crear más caos y justificaciones para sus experimentos. Y ahora, están utilizando esa misma narrativa para seguir manipulando a la gente, ocultando la verdad para seguir sacando provecho de la guerra.
Nain se quedó en silencio, procesando la magnitud de la traición. La organización no solo había experimentado con seres humanos, sino que también había usado a los kimer como herramientas, sin importar las vidas que destruyeran en el proceso.
—Will, esto cambia todo. No podemos quedarnos de brazos cruzados —dijo finalmente Nain—. Asha tiene que saberlo. Liam también.
—Estoy de acuerdo —respondió Will—. Pero debemos ser cuidadosos. La organización es poderosa y no dudarán en silenciar a quienes intenten exponer la verdad.
—Lo sé —dijo Nain, con la voz firme—. Pero no nos detendremos hasta que todo el mundo sepa lo que realmente está ocurriendo.
Will asintió al otro lado de la línea, aunque sabía que no podían ver su gesto.
—Ten cuidado, Nain. Esto no es solo un enfrentamiento con la organización. Estás tratando de desmantelar una mentira que lleva años construyéndose.
Nain colgó, sabiendo que lo que había descubierto con Will era solo el comienzo. Tenía que informar a Asha y a Liam. Y juntos, debían planear su próximo movimiento.
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Alma Fragmentada (AA'IN)
RomanceEn un mundo arrasado por monstruos y caos, una niña creció con cicatrices profundas y una voluntad inquebrantable. Su lucha por sobrevivir la llevó a encontrar en él un refugio inesperado y una conexión inquebrantable. Juntos, enfrentaron desafíos i...