TITANIUM

EXTRA

Cyrus

Mi plan era que Frida saliera con alguien decente, que se abriera a nuevas experiencias, a nuevas personas, pero no que me llevará consigo como chaperón. Aunque no estoy disgustado del todo con la idea de acompañarla, así puedo asegurarme de que no arruine la salida a posta.

Y aquí estamos esperando a los galantes chicos que vienen a esta extraña reunión que no se cómo definir, ya que una cita doble no es ¿O si lo es?... Sea cuál sea la denominación para esta reunión entre jóvenes, aquí estamos. Mientras me encontraba divagando, nuestros acompañantes hicieron acto de presencia.

Michael es el primero en entrar a nuestro campo de visión, con su cabello rizado cayendo cual cascada  por su perfilado rostro, sus ojos tan oscuros como el ébano, con 1.89  de altura acompañada de exuberante galantería y detrás de él apareció quien se supone que es su amigo. Un poco más bajo que el recién mencionado, pero no menos atractivo, con un cabello castaño claro, peinado perfectamente hacia atrás, tiene unos ojos tan azules como un cielo totalmente despejado, pómulos suaves pero no por eso menos masculinos y una figura atlética vestida por un pantalón caqui, suéter manga corta y t-shirt blanco. Su aspecto es pulcro, ordenado, como si deseara exudar perfección.

Ya con ellos al frente de nosotros, Frida me presento a Michael, pese a que le había visto en múltiples ocasiones nunca tuve la oportunidad de ser presentado de manera adecuada. Y el castaño procedió a presentarnos  a su amigo.

-Frida, Cyrus, el es Enzo– presenta el de cabello rizado haciendo un ademán hacia el joven a su lado.

-Enzo Cafiero para ser exactos, encantado de conocerlos- corrige el tal Enzo dando un paso adelante, extendiendo su mano hacia mí.

No dudo en tomarla, correspondiendo su saludo mirándole directo a los ojos, llevándome un fuerte apretón de su parte, acto que hizo que se me erizaran los pelos de la nuca y se me atascara la respiración en el pecho.

Enzo suelta mi mano y repite el gesto con Frida. Para sorpresa de nadie, no me pasa desapercibido el desagrado en esos ojos azules a la hora de saludar a mi amiga.

¿Qué cojones? Pregunto a mis adentros. No puede ser aún no haya empezado bien la salida y ya hayan miradas de desagrado.

Ya veo que la noche no será fácil y algo me indica que el de ojos azules será un grano en el trasero durante esta salida.

****

Después de haber comprado algodón de azúcar, nos mantuvimos avanzando en pleno silencio. Y la salida no estaba surtiendo el resultado que yo quería cuando le había pedido a Frida  que aceptará la invitación del peli-rizado.

Déjenme darles contexto, estamos en pareja y no como deberíamos de estar, yo estoy al lado de Frida y Michael al lado del aguafiestas que nos presentó más temprano, cosa que como ya sabrán no puede ser.

¡Dama y caballeros! Todos sabemos que está es una situación que amerita mi intervención.

¿Verdad?

Así que con un suave empujoncito me encargo de dejar a Frida en medio de los dos chicos delante de mí, que sostenían una conversación apenas audible... Y el efecto dominó que tenía previsto se cumplió. Eso puedo decir, mas o menos.

Fri se volvió el centro de atención de los chicos. Recibiendo una mirada coqueta y otra de ¿Odio? Y no tenemos que ser unos genios para saber de parte de quién vino cada mirada. Mi queridísima bestie giró su cabeza en mi dirección como si de  la niña del exorcista se tratara para gesticular:

¡Te matare más tarde!

En señal de absoluta aprobación a esa amenaza, que probablemente nunca cumpliría, le alce mis dos pulgares y con el mayor cinismo del mundo le sonreí.
La morena resignada, ya metida al medio empezó a hacer preguntas.