Él
No había pasado más de una hora desde que lo llamé, aun asi ya ambos estábamos allí. Sentados en la sala de mi suite privada ubicada en uno de los hoteles de mi padre.
Y Enzo estaba ahí. Frente a mí.
Tenía unos minutos meditando y procesando todo lo que le dije acerca de lo que sucedió en el bar, las mangas de su característica camisa blanca estaban arremangadas hasta los codos, él tenia la cabeza gacha y sus manos tapándole el rostro. Su cabello castaño rojizo desordenado debido a la múltiples veces que lo había revuelto y su ceño profundamente fruncido detrás de sus dedos, la escena frente a mí era todo un espectáculo, ya que era algo inusual de ver.Una vez pasaron unos minutos, tiempo que pareció una eternidad se quitó las manos del rostro, y mirándome a los ojos dijo:
-No debes volver a verla- sentenció seriamente.
-Lo sé - admití- no debería de verla, pero anhelo volver a verla.
-Eso sólo empeoraría las cosas- empezó a advertirme, calmadamente -, esto es algo que no tienes que remover. A mí me parece que todo está bien.
-Pues a mí me parece que no lo esta -refuté de inmediato.
-Según tenia entendido los dos años que duraste fuera del país eran para darte tiempo de asimilar todo lo que sucedió. Aceptarlo y solucionarlo todo.
Al oír esas palabras lo que salió de mi garganta no fue normal, una muy cínica carcajada corto el espacio entre nosotros, haciendo el ambiente más tenso, " mi risa" si es que así se puede llamar, sonó rara, seca y carente de gracia.
-Esos dos años lejos no sirvieron para solucionar nada, solo fueron para escapar- aclaré.- Para mí, nada absolutamente nada -confesé desviando la mirada- escapar solo lo retraso lo inevitable, hacerle frente a mis errores.
-Tenemos todos los medios para postergar eso a lo que llamas "inevitable"-me declaró e hizo una pausa.- Deja que te ayudemos, tus padres y yo podemos ayudarte, para que dejes esto atrás.
-La última vez que lo intenté no pude, eso dos años lejos no sirvieron y si no pude entonces, estoy seguro de que no podré ahora -suspire -Necesito saber qué fue de ella.
-Acercarte a ella no es una buena idea...- volvió a advertir, pero lo corté.
-Estar lejos no fue la mejor idea tampoco, pero les hice caso ¿Por qué debería hacerles caso ahora?
-Porque sabes que es lo mejor. Si te acercas a ella ¿Cómo crees que reaccionará?- empezó a cuestionarme- ¿Crees que te recibirá con besos y abrazos? Al final se dará cuenta de quien eres.
Me advierte. Para luego revolverse el cabello nuevamente, en busca de calma.
-Ella no me conoció en aquel entonces, ambos sabemos el porque no lo hizo. -Tome una pausa- Eso me da la oportunidad de acercarme y solo ver si está bien.
-Dios - el castaño suspiró con cansancio, con sus dedos posados en sus parpados y luego prosiguió a mirarme con franqueza -, os niego mi apoyo en esto. No te ayudaré a que te sigas dando hostias contra un muro que deberías de saltar.
Terminando de decir esto se puso de pie para dirigirse a la puerta, pero antes de que saliera le dije:
-A veces hay muros que no se pueden saltar, se tienen que destruir y chocaré con este muro cuantas veces sea necesario como para destruirlo, Enzo. Necesito chocar con este muro para poder continuar.
Luego de oír esas palabras Enzo tomo el pomo de la puerta para salir dejando detrás de si un estruendoso portazo, que fue seguido por un silencio ensordecedor, que me engulló, pero aún tras ese ahogante silencio mi decisión seguía firme. Cueste lo que cueste la volvería a ver y no me importarían las consecuencias.
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TITANIUM
Teen FictionTitanio. Un elemento de la tabla periódica muy particular, difícil de someter a procesos de metalurgia, en ocasiones muy poco flexible. Existen relaciones similares al titanio, difíciles de romper, moldear y reconstruir , nuestros protagonistas tien...