𝗔𝗋𝖼𝖺𝗇𝖾 - [𝖮𝗻𝗲 𝖲𝗁𝗈𝘁𝗌]

Viktor

Viktor x gn!reader | NSFW +18 |
Tras un día agotador y una copa de vino, Viktor decide aliviarse pensando en ti.

La puerta se cerró tras Viktor, que se apoyó en ella y soltó un suspiro, agotado. Había sido un día agotador y la falta de sueño que había acumulado durante toda la semana no ayudaba mucho, pero sabía que no podía pasar otra noche en vela en el laboratorio si quería que su cerebro funcionara correctamente.

No se molestó en encender las luces del apartamento y fue directamente a la cocina, guiado por la tenue luz plateada de la luna que se colaba por las ventanas del lugar. En principio, pretendía servirse una taza de leche dulce y tumbarse en la cama poco después, con la esperanza de conciliar el sueño adecuado que su cuerpo tanto necesitaba; aunque sabía que todas las esperanzas serían inútiles. Podía estar cansado pero, al intentar descansar, su cuerpo se oponía a sus deseos mientras su mente empezaba a maquinar ideas sobre posibles inventos o usos para las Gemas Hextech. Sin embargo, recordó que guardaba en los cajones de la cocina una elegante botella de vino que una vez le regalaste.

"Sé que no bebes, pero quizá un vaso te ayude a dormir mejor." Fue lo que le dijo tras darle la botella, con una amable sonrisa expectante en el rostro al hacerlo.

Viktor soltó una risita antes de abrir el cajón donde lo tenía escondido, sacándolo junto con un vaso para servirlo. No bebía mucho, tenías razón, pero no perdía nada por intentarlo una sola vez. En el peor de los casos, sería otra noche sin dormir para él.

Entró en el salón, copa en mano, y recostó el cuerpo en el gran sofá que había junto a la ventana, apoyando la cabeza en uno de los cómodos reposabrazos que tenía. Sostuvo la copa de vino tinto -llena más de lo debido- ante sus ojos, que se adornaron con una mirada curiosa antes de dar un generoso sorbo a la bebida. Tanto su aroma como su sabor no eran tan fuertes como otros que había bebido antes, era más bien dulce, adictivo una vez que se le daba a probar. Por alguna razón, le recordó a ti, especialmente el aura que proyectabas hoy en el laboratorio mientras trabajabas en los planos del Hexclaw: esa mirada concentrada enfocada en los papeles, los ojos brillantes por los pensamientos que fluían dentro de tu mente mientras los escribías, mordiéndote el labio inferior hasta sonrojarlo tanto como el vino...

No, su mente estaba divagando de nuevo en pensamientos que no deberían mantenerle despierto. Se bebió de un trago el vino que le quedaba antes de que pudiera arrepentirse, esperando que el efecto del mareo le afectara pronto debido a su ligereza. Se movió un poco en el sofá, pero la fricción entre el mueble y la estrechez de su atuendo no era muy agradable, por lo que se desabrochó la corbata, que cayó discretamente al suelo antes de desabrocharse el chaleco y la camisa. Se quitó el chaleco, que pronto acompañó a la corbata, pero se sintió adecuado para dejarse la camisa roja puesta, completamente abierta y exponiendo su pecho al aire fresco que llenaba la habitación, poniéndole una sutil piel de gallina pero adaptándose rápidamente a la temperatura de la habitación.

Dudaba si bajarse la cremallera de los pantalones, pero, de todas formas, ¿a quién le importaba? Estaba en su casa, solo, y no es que nadie pudiera ver fácilmente a través de las ventanas. Sus manos alcanzaron la cremallera y la bajaron para abrirla. Su cuerpo se sintió más ligero, liberado de la presión de la ropa, y tal vez fue el vino actuando, pero se sintió más aliviado de lo que debería ahora que la ropa estaba fuera.

El sofá era lo bastante acogedor y mullido como para quedarse dormido en él, pero una vez más su mente le dio la espalda cuando intentó cumplir la tarea. Sus ojos se quedaron clavados mirando al techo mientras sus pensamientos empezaban a divagar de nuevo: Los planos de los Guanteletes Atlas en los que Jayce y él estaban trabajando, la cantidad de errores de cálculo que posiblemente encontraría en ellos mañana por la mañana, el Hexclaw en el que estabas trabajando... Cerró los ojos mientras se ponía el dorso de la mano en la frente, intentando de alguna manera tapar sus pensamientos.