En el consultorio de la Dra. Park Rose, un lugar de calma en el ajetreo de la ciudad, cada día traía una nueva historia. Sin embargo, cuando Lisa Manoban, una joven con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos, entró por primera vez, algo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lisa se miraba al espejo, intentando calmar las mariposas en su estómago. Sabía que esta cita con Rose era especial, un paso importante en todo lo que habían construido en los últimos días. Después de tantas emociones reprimidas y confesiones, por fin tendrían su momento juntas, sin miedo ni dudas.
Cuando llegó al apartamento de Rose, su corazón dio un vuelco. Rose la esperaba en la puerta, vestida con un atuendo casual pero elegante, su sonrisa iluminando toda la estancia.
Rose:"Hola, hermosa."
Lisa: sonriendo- "Hola... te ves increíble."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se miraron durante unos segundos, en silencio, pero ese tipo de silencio cómodo, donde las palabras sobran y todo se expresa en una mirada. Rose tomó la mano de Lisa, entrelazando sus dedos, y juntas salieron hacia su cita.
La Cena...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El restaurante era pequeño y acogedor, con una luz tenue que creaba un ambiente íntimo. Se sentaron cerca de una ventana, con una vista perfecta de la ciudad iluminada. Durante la cena, las conversaciones fluyeron sin esfuerzo, llenas de risas y recuerdos compartidos. Lisa no podía evitar observar cada gesto de Rose: la forma en que jugaba con su cabello, la risa contagiosa que hacía que el corazón de Lisa latiera más rápido, y la forma en que sus ojos brillaban cada vez que se miraban.
