En el consultorio de la Dra. Park Rose, un lugar de calma en el ajetreo de la ciudad, cada día traía una nueva historia. Sin embargo, cuando Lisa Manoban, una joven con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos, entró por primera vez, algo...
Había pasado una semana desde que Jennie regresó a nuestras vidas, y en ese corto tiempo, algo se había roto entre Lisa y yo. Lo sentía en el aire que nos rodeaba, en la manera en que nos mirábamos, en el tono de su voz, siempre tenso, siempre distante. Lo que alguna vez fue un refugio seguro ahora era una zona de guerra, y cada día se sentía como una batalla que no sabíamos si podíamos ganar.
Lisa se mostraba distraída, ausente. A veces la encontraba perdida en pensamientos profundos, con esa mirada que me decía que estaba lejos, en un lugar al que yo no podía llegar. Y cada vez que trataba de acercarme, sentía que la distancia entre nosotras crecía más. El nombre de Jennie, aunque no se mencionara, se cernía sobre nosotras, un fantasma que volvía a la vida para destruir lo que habíamos construido.
Era viernes por la noche cuando todo explotó. Lisa había llegado tarde, mucho más de lo habitual. El reloj marcaba casi la medianoche cuando escuché la puerta abrirse, y mi corazón, que llevaba horas latiendo descontrolado, se detuvo por un segundo. Entró con pasos silenciosos, dejando caer su bolso en el suelo como si el peso del mundo lo estuviera aplastando.
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Rose: con la voz contenida "Llegas tarde".
Lisa, frotándose las sienes, ni siquiera me miró cuando contestó.
Lisa: cansada- "Lo sé, tuve un día largo en el trabajo. No es lo que piensas".
Y ahí estaba. Ese tono. Ese intento de justificar algo antes de que siquiera lo mencionara. Mi mente, que ya estaba destrozada por los celos, se incendió.
Rose: con veneno en la voz- "¿No es lo que pienso? ¿Qué es lo que piensas que pienso, Lisa? ¿Que estuviste con Jennie? ¿Que la viste, que hablaste con ella?"
Las palabras salieron de mi boca como dagas, y al ver su expresión, supe que había golpeado justo donde dolía. Su mirada de sorpresa se convirtió rápidamente en enojo, un enojo que jamás había visto en ella.
Lisa: al borde de explotar- "¿Jennie otra vez? ¡No puedo creer que me sigas con lo mismo! ¡Jennie no significa nada para mí! ¡Es parte de mi pasado! ¿Cuándo vas a entenderlo?"
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