𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐑𝐎 🥀1/2

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𝐏𝐎𝐕' 𝐇𝐈𝐍𝐀𝐓𝐀

Mi pecho sube y baja cada vez mas rápido, me siento cansada de tanto correr, me siento triste, decepcionada y nerviosa. Trato de calmarme, pero las miradas de extrañeza y desaprobación de las personas hacía mí no ayudan.

Paro un momento de correr al darme cuenta de mi alrededor, estoy en un pequeño parque cerca de una panadería. El lugar esta casi vacío, sólo algunos niños jugando, no le tomo mucha importancia y me dirijo a una banca para sentarme y recuperar el aliento. Todo paso muy rápido, sin darme cuenta, mis ojos se llenan de lágrimas que no dudo en dejar salir.

Me siento horrible y apuesto a que me veo fatal, pues de todo el apuro que tenía por salir de mi casa no me preocupé en cómo me veía. Mi casa, no puedo evitar llorar al recordar el motivo de mi huida.

Mi madre embarazada y mi hermana menor, ellas dos me lastimaron, suena ridículo y estúpido que me encuentre llorando por algo que me dijo mi hermana y madre, pero la verdad es que me dolio, me dolio demasiado.

Mi madre, hace tanto que no me lastimaba verbalmente hasta el día de hoy ¿la razón?, mi hermana. Ella siempre a sido muy temperamental y sensible, pero no entiendo que gana tratandome así.

Mi prima y yo somos muy unidas, tanto que aveces nos olvidamos del mundo cuándo estamos juntas, al parecer nuestra cercanía molesto a mi hermana, que no desaprovechó ningún segundo para hacernos pasar un mal rato, cosa que mi prima, molesta de todo eso, comenzó a discutir con ella al grado de decirse muchas cosas hirientes, no quería entrometerme, ya conocía a ese par y no quería que ninguna me rompiera un brazo o pinchará un ojo. Al final la ganadora de la discusión fue mi prima, ella término vencedora mientras que mi hermana desapareció por la puerta hecha un mar de emociones.

Al final llego la hora de despedirse, mi prima se fue a su hogar y yo me quede en él mío, sólo para cuándo entrara a mi habitación recibiera una gran cachetada por parte de mi madre, sorprendida y algo a dolorida, la mire, sus ojos mostraban furia, una furia hacia mí, a su lado estaba mi hermana con los ojos llenos de lágrimas y una sonrisa burlona.

¿Qué hice? Me pregunté, ¿qué hice para ganarme está cachetada? Mi madre con una mirada llena de furia tomó la mano de mi hermana para sacarla de la habitación cerrando la puerta una vez que está halla salido. ¿Me abofeteó otra vez? No, pero lo que me dijo dolió más que miles de cuchillas. Me empezó a reclamar por todo, por mi comportamiento hacia mi hermana que dejo anonada, ¿cómo que yo la trataba peor que una bestia? Ella es la que se comporta haci con nuestras demás hermanas, aparte de eso empezó a decirme lo mucho que la decepcionó a diario, lo horrible que la hago quedar cómo madre en frente de mis hermanas menores, lo horrible que le parecé mí cuerpo mejor desarrollado que muchas chicas de mi edad, lo patética que parezco siendo alguien que no soy, alguien fuerte y valiente, cuándo la verdad es que soy debil y cobarde.

No satisfecha con eso, sólo me humilló recordándome la estupidez que estuve apuntó de hacer, de quitarme la vida, me recordó lo ocurrido en aquel barco, cuándo sin pensarlo dos veces salte al mar, donde la marea estaba fuerte e inquieta. Claro, me recuerda lo que hice pero no el porque, un pasajero más del barco cayó al mar, él no era más que un niño de la misma edad que mi hermana menor, un infante de cinco años que no sabía nadar, no pude que darme de brazos cruzados viendo cómo caía por la borda y nadie tuvo las agallas para salvarlo, sin importarme nada más salté del barco para ayudarlo, ¿rescaté al niño? Sí ¿Morí al intento? Casi.

Al tomar el cuerpo del niño en mis brazos me dirigí al barco, las personas que estaban esperando lo tomaron, pero cuándo estaban apuntó de ayudarme, la marea me jalo, llevándome hacía el fondo del mar, trate con todas mis fuerzas de nadar hacía la superficie, pero fueron en vano todos mis intentos, al final todo se puso oscuro. Al despertar estaba en mi camarote, por la ventana pude ver que era de noche, al parecer salí con vida, los pasajeros me felicitaron por mi acto, el niño me agradeció con un abrazo junto con su madre que estaba bañada en lágrimas. Lo único que pude responder fue un "no fue nada".

𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝑺 ❦  𝐍𝐀𝐑𝐔𝐇𝐈𝐍𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora