No podré vivir una eternidad sin ti,
no, no es un juego ni un drama de esos
que se escriben cuándo el alma se siente con ganas de actuar.
es más visceral, más hondo,
me quedaré aquí,
quieta,
como ahora,
sin saber qué hacer con las manos,
con este silencio que se cuela en todo
y tus palabras
que ya no vuelven.
Me quedaré,
como siempre,
en el mismo lugar,
esperando algo,
que caiga el cielo,
que todo se rompa,
que los pájaros,
que el mundo,
que alguien,
me diga qué hacer
cuando no estás.