Transmigrando como la escoria que abandonó a su esposa e hija

Capítulo 8

Tan pronto como entró por la puerta, Chu Muqing llevó a su hija directamente al dormitorio principal. 

Ella se acercó a la cama, envolvió a la niña por la cintura y las axilas, y la colocó con cuidado sobre la cama grande.

La niña ya estaba dormida y la luz tenue iluminaba su carita tersa, haciendo que todo su rostro se volviera más suave y más bello. Parecía estar soñando algo y su carnosa boquita incluso chasqueó un par de veces.

Los ojos de Chu Muqing se suavizaron, se quitó las botas rosas y se acomodó la colcha. 

Desde que Lin Xi entró por la puerta, puso la hamburguesa empaquetada en el refrigerador. Recogió la bolsa de basura en la base de la pared y bajó las escaleras. Después de regresar, fue directamente al baño.

Chu Muqing escuchó el sonido del agua saliendo del baño y pasaron casi veinte minutos antes de que escuchara que la puerta del baño se cerraba de nuevo.

Escuchó los pasos deliberadamente más lentos de Lin Xi. En la tranquila noche de la antigua comunidad, a pesar de que Lin Xi redujo deliberadamente el flujo del agua y abrió y cerró la puerta con suavidad, Chu Muqing todavía escuchó el sonido de ella, juzgando claramente cada uno de sus movimientos. 

Lin Xi está noche estuvo implacable en su comportamiento. 

Todo lo que hace demuestra que parece ser de gran calidad y es muy cariñosa.

Fue exactamente diferente a lo de ayer. Después de beber, la provocó con palabras, movió las manos y los pies y luego comenzó a quitarse la ropa. Quería marcarla como una loca. Después de que ella se negó, le gritó y destrozó cosas en la sala de estar. Lin Xi era bastante diferente. 

¿Puede una persona realmente cambiar su temperamento de la noche a la mañana?

En los últimos días, el trabajo de la revista se ha acumulado. Ella ha estado trabajando horas extras continuamente. Normalmente, el sábado y domingo son un lujo. Ella ha estado agotada por el trabajo de los últimos días. El trabajo de horas extras de esta noche fue interrumpido por Lin Xi que se apresuró a recoger a Cheng Cheng. 

Pensando en levantarse temprano mañana para ir a la Oficina de Asuntos Civiles, Chu Muqing se puso una pantuflas, se levantó para abrir la puerta y caminó hacia el baño.

Todavía quedaba el olor que Lin Xi acababa de usar en el baño, ella había limpiado el agua del piso y el aire estaba lleno del olor fresco y agradable de las gardenias.

Pero nunca había comprado productos de tocador con sabor a gardenia, así que miró hacia la base de la pared, donde una bolsa de champú desechable usada, una pequeña bolsa de gel de baño y colgadas en el estante estaban tiradas a la basura. Compró una toalla nueva y los artículos de tocador qué había colocado en el estante estaban ordenados a lo lejos y nunca se habían usado.

Los ojos de Chu Muqing se movieron levemente.