No he podido levantarme de la cama en todo el día, le dije a los chicos que me había enfermado, tuve que aguantar toda su morbosidad, sus comentarios irrespetuosos y algunas risas que me sacaron.
Minho nunca se fue de la casa, de eso estoy seguro porque su ropa sigue aquí, él no, pero la ropa sí.
No entiendo porqué actúa de esa manera, esa clase de personas que se ciega por molestia o por rabia no me gustan, son las que he evitado todo este tiempo y odio que me guste.
Minho me gusta, más allá de una atracción física, de que nos besemos o el acto sexual, él entró a mi vida y ahora no se como arrancarla de ella.
Me duele todo de la cintura para a bajo, mis ojos se llenan de lágrimas cuando me levanto a ver en donde está o si es que ya tiene otra ropa.
Salir de la habitación es el primer reto que cumplo, apoyado de las paredes con mi mano derecha y con la izquierda intento hacer presión en mi vientre, me duele demasiado.
—Buenos di-...Dios mío, Hyunjin — su rostro paso de brillar a entristecerse, no entiendo, no se si es que se esta disculpando o que de verdad siente algún arrepentimiento por lo que hizo —Lo siento tanto, perdóname — se acerca y me ayuda a recostarme en el sofá.
—Pásame una pastilla — digo y me quejo del dolor —Dos — me corrijo —La del dolor y el anticonceptivo — señalo con los ojos entre cerrados la estantería —Más te vale que no me toques y tampoco me mires en lo que resta del día.
No habla, solo se levanta las busca y me las pasa, parece un robot apenas y movió la mano para dármelas, se sienta a mi lado y aunque no esté haciendo contacto visual conmigo se que esta aquí para cuidarme, suspiro, calmando toda la rabia que tengo en mi interior y sonrío un poco. Cerrando los ojos sintiéndome a gusto.
—Casi rompo la cama anoche — se que quiere aliviar el ambiente pero no creo que sea el mejor momento ni la mejor oración que pudo decir.
Abro los ojos y lo miro, odio llorar frente a los demás, seco las lágrimas que corren por las esquinas de mis ojos —Deja de hablar — él se voltea y me ve, limpio las lágrimas y me doy la vuelta, dándole la espalda —Te pedí que nunca me lastimaras.
—Hyunjin lo siento, no fue mi intención — se intenta disculpar, joder, fue él, él que me cogio como si yo fuera una puta barata.
—¿No fue tu maldita intención penetrarme incluso escuchando mis sollozos?, te mordí el hombro para que pararas.
—Pensé que eran gemidos, no escuchaba bien además de que los sollozos pue-
—Deja de ser mi maldito instructor sexual porque ya no lo eres — me siento en el sofá y me inclino para verlo a los ojos —Deja de actuar como si quieres enseñarme, siempre lo que has querido es coger conmigo y lo hiciste... — clavo los codos en mis muslos, no quiero gritar de dolor —Tu problema es que no eres de un solo hombre, tu problema es que no puedes dejar tu trabajo ¡ese es tu maldito problema! — yo nunca pierdo el control, es más me impresiona que lo haya hecho, gritar no es algo común en mi.
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𝗦𝗲𝘅 𝗲𝗱𝘂𝗰𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻; 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒉𝒐
Fantasy𝗛𝘆𝘂𝗻𝗷𝗶𝗻 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗶𝗻𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝘁𝗼 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝘅𝗼, 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘃𝗲𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝘁𝗲𝗺𝗮 𝗹𝗼 𝗮𝘀𝘂𝘀𝘁𝗮 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗵𝗼𝗷𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗵𝗼𝗰𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝘀𝘂 𝗿𝗼𝘀𝘁�...