𝟐𝟐. ♡︎ ❦

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El día ha llegado, le diré a Minho lo que siento, sin ninguna prisa pero sin pausa, con emoción pero no con locura, no soy Beomgyu.

Eso me hace recordar la vez que le dijo a Seulgi que la amaba, la cara de esa pobre chica fue tan graciosa, a la final terminaron y él se acostó con su hermano Taehyun, días pasados, dias de recuerdos y anécdotas divertidas.

Limpio una lágrima falsa y abro la puerta, Minho no es de esa clase de chicos que les gusta vestirse con cosas muy elegantes, lo peor de todo es que aunque se ponga una bolsa negra se ve hermosa y sexy, le doy un beso en la mejilla como saludo y él me sonríe.

Con una mano sostiene el teléfono y con la otra una bolsa extraña que no se que es, es de color blanco y puedo ver que el interior o lo que hay es de color rojo sangre.

Por una razón aprieto las piernas entusiasmado y me siento frente a él, sus ojos se posan en los míos y se quita los lentes de sol con lentitud, una maldita película de suspenso.

Subo la mano derecha a mis labios y los aprieto —¿Cómo estás? —Pregunto en un tono seductor, quiero ver que provoco, se acomoda mejor en el sillón dejando la bolsita a un lado, aprieta los labios y rasca su frente con desinterés.

No sé porque siento que no quería venir y que solo lo hizo porque yo se lo pedí, eso me duele, no entiendo lo que está sucediendo, es como si no quisiera verme.

Lo entiendo tampoco es que es muy importante lo que voy a decirle además de lo que sucedió, yo también estaría así.

Mis ojos recorren su expresión e intento sonreír para que él vea que sigo espera do su respuesta, no llega y me desespera.

—Estoy bien, gracias por preguntar — cortante como un cristal, me quiere ver la cara de idiota o es que de verdad lo fastidio.

Mis ojos pican y me levanto, camino a la habitación sin decir nada me tiro en la cama y suelto un suspiro desgarrador, se quiere convertir en lágrimas pero no lo dejo.

Sere más fuerte que esto.

—Vi que estabas con otro chico — entra sin pedirme permiso y se quita los zapatos, se sienta a mi lado y acaricia mis muslos internos con sus fuertes manos —¿Cómo se llama?.

—¡¿Me seguiste?! — exclamo e intento sentarme, sus labios en mis pechos me impiden volver a moverme, me baja los pantalones y quita el suéter que llevaba puesto, lo dobla y coloca en una esquina de la cama.

Siempre me ha intrigado la razón de su organización, todo tiene que ser perfecto, es más hace poco tenía un pantalones fuera de lugar y parecía que le iba a dar un infarto.

Pensé que era un loco y todavía lo sigo sintiendo —No, yo estaba en esa cafetería, ahora estoy aquí preguntándote ¿quién es? — me jala de los muslos, se levanta y me deja con las caderas colgando entre el colchón y su entrepierna.

—Es un amigo — simula estocadas que me hacen jadear, restriega su prominente erección en mi centro que se humedece con cada toque —Se llama Ji-jisung — muerdo mi labio inferior, no quiero gemir si eso pasa va a sentirse orgulloso de lo que provoca en mi y no soy capaz de darle ese gusto.

Su lengua pasa por mi centro y succiona mi clitoris, jalo su cabello y lo vuelvo a hundir, sacudo las caderas y aprieto los dientes con toda la fuerza posible.

Sacudo las caderas en su cara y su nariz roza mi pelvis, me esta volviendo loco con simples besos en mi zona baja —¡Joder! — grito y llegó al orgasmo más rápido que he tenido, me confunde lo que hace, sale de la habitación y me siento.

Acomodo mi cabello despeinado y al entrar me deja boquiabierto, una venda negra esta entrelazada a su mano derecha y la izquierda jala la punta, la acerca a sus labios y la muerde.

—Haremos esto más divertido aún — me cubre los ojos, yo prefiero no moverme, quiero saber de lo que es capaz.

—¿Que me harás Min? — la excitación puede conmigo y sus gruñidos me indican algo, no puedo verlo solo sentir que esta haciendo lo que sea que esta haciendo y que lo esta disfrutando —¿Dónde estás?.

No fui capaz ni de apagar las luces, él me cego y ahora no lo encuentro por ningún lugar —Aquí estoy — tanteo y llego a su abdomen —De espaldas a mi — ordena y me río, me gustaría creer que de verdad es una broma, todo se va a la mierda, me da la vuelta y me pega contra las sábanas.

Siento que me esta asfixiando, no soy capaz de decirle que eso está haciendo. Su mano me sube una pierna y me obliga a apoyarme con mis rodillas, mis codos me apoyan un poco y puedo respirar.

Me penetra con rabia, siento lágrimas formarse en mis ojos y caen hacía mis manos, me aferro a la sábana y grito, siento que se me desgarra la garganta y él se detiene —¡Duele! — sollozo y no se detiene, va con rapidez y su vientre choca contra mi trasero, una y otra vez lo que me hace chillar, del dolor paso al placer y el chirrido de mis dientes me consume.

Su respiración esta entrecortada lo que me indica que está cerca, su resistencia baja conmigo, apoyo la frente en mis temblorosas manos y vuelvo a gritar, un poco más fuerte.

Cuando actúa de esa forma hace que piense que ya no siente nada por mí, que ese te amo fue de mentira, que se equivoco, lo esta haciendo como para salir del paso, follarme com todas sus fuerzas y la poca cordura que le queda.

El orgasmo siendo lo único que le importa y yo ya no puedo sentir algo más allá que querer llegar —Mierda Hyunjin — gruñe en mi oído y una última embestida da por terminada la sesión.

—Carajo... — me recuesto en la cama, dejando caer mi cuerpo casi muerto en ésta.

—¿Para qué me llamaste?.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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𝗦𝗲𝘅 𝗲𝗱𝘂𝗰𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻; 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒉𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora