Hay veces en las que he tomado malas decisiones, que me han echo cuestionarme muchas cosas de mi vida e incluso me he replanteado la forma en cómo actúo. Pero esta definitivamente es la cosa más loca y rara que he hecho.
Hace dos días mientras caminaba por las calles en busca de mi perrito el cual se había escapado, como siempre, una hoja impactó contra mi cara. Dejándome ciego, fue la causante de que cayera al suelo y las personas se voltearon a verme entre preocupados y divertidos.
Pero eso no fue lo peor, si no la hoja, que me había prácticamente noqueado, era un anuncio de una especie de escuela, para mayores de 18 años decía en letras rojas, era lo que más resaltaba. Se podía notar que era algo bien hecho, por los dibujos bastante reveladores de que se trataba dicho establecimiento.
Mi curiosidad me gano y decidí buscar la dirección al día siguiente, ayer, un pequeño lugar con un letrero de neón de un color raro era lo primero que veías decía Sex Education y una puerta marrón de unos dos metros de alto. No estaba muy seguro si debía entrar pero las ganas que tenía de hacerlo me ganaron por lo que ni si quiera toqué.
Al entrar lo primero que pude divisar fue a un chico sentado, leyendo una revista porno, como si de un cómic se trataba, movía las hojas completamente desinteresado, hasta que notó mi presencia, sus ojos se agrandaron y pude ver como se enderezaba, sus piernas se cruzaron y sonrió.
Aunque no estaba seguro de nada, algo hizo contacto y los engranajes de mi cerebro comenzaron a funcionar como se debe, Aquí enseñan sexo, pensé.
Pero luego una pregunta surco mis pensamientos, ¿Qué clase de sexo?. Llevé mi dedo índice hasta mi boca y mordí la punta con algo de fuerza, él chico frente a mí se levantó y me hizo señas, supuse que era para acercarme a él, lo cual hice.
—Buenas tardes, bienvenido a Sex Education — una linda presentación, sus rasgos no eran de aquí, sus ojos eran grandes, más de lo habitual, supuse que era australiano, sonreí de forma sincera y amigable, para luego suspirar y señalar algunas cosas que habían frente a mi.
Esposas, látigos, vibradores y de más...
¿Cómo tenían eso a la vista de todo el mundo?. Él aclaró su garganta y dejó escapar una risilla rasposa que me tensó. Lo mire de reojo y pude notar como mordía su labio inferior.
—Poco convencional — se limitó a decirme —Tenemos a varios chicos que estarían dispuestos a complacerte, ayudarte e informarte — pasó detrás de mi y señaló algo parecido a una revista, esa clase de revista que tenía a chicos lindos y sexys que te dejaban babeando, y con el autoestima en el subsuelo.
La tome entre mis manos, el olor a nuevo inundó mis fosas nasales, abrí los ojos con algo de interés, un par de chicos, gemelos, no eran lo mío. Luego de estar alrededor de media hora ojeando página por página, me llamo la atención uno de ellos.
—Buena elección, me han dicho que es muy bueno, además es como mi hermano
— asentí a sus palabras.Sus rasgos eran finos, delicados, hermosos ojos que parecían que te atrapaban y te llevaban a otro mundo, uno del cual no quería salir, luego su hermosa nariz que se arrugaba cuando sonreía, pero en lo que más me fijé fueron sus rojizos y carnosos labios. Y ese lunar, sabía que lo había visto en otro lado.
—Él — murmure, ¿Qué estaba haciendo?. Ya me había metido demasiado en este paquete y lo único que quería era investigar, pero tenía tantas ganas de conocerlo.
—Las clases comienzan, hoy mismo, él está libre — noté como tecleaba un aparato raro que tenia una luz en rojo que titilaba lentamente.
Con mi mente hecha trizas, mi corazón desbocado y mis inmensas ganas de vomitar entre a la puerta donde presuntamente él iba a estar, no me dijeron, ni como, ni donde, ni cuando, pero lo que pude sentir fueron unos brazos sujetando mis hombros desde atrás, baje la mirada y noté que tenía tatuajes que se extendían por sus brazos, muy pequeños y delicados.
Me di la vuelta lentamente, sentía que la espera era una tortura. Al ver su rostro me impresione, era más hermoso en persona, mis ojos divagaron por todo su cuerpo, sonrisa perfecta, hombros algo anchos, para ser un chico. Brazos tonificados, abdomen marcado y nada más. Hasta ahí me permití ver.
Subí la mirada y no sabia como presentarme, era definitivo que no diría mi nombre, así que me puse a pensar en algo que estuviera acorde y que no se me olvidará, hasta que algo dentro de mi hizo clic.
—Mi nombre es Lee Minho
— fuí incapaz de no ver sus labios mientras hablaba, eran algo adictivo y poco convencional, demasiado perfectos —No tienes porque decir tu nombre, puedes dar la información que deseas siempre y cuando no digas mucho sobre tu vida personal. Esto es algo netamente profesional.—Mi nombre es Sam — le dije, dar mi segundo nombre fue lo más convincente que encontré, no quería que se me olvidará el nombre que había inventado, así que tampoco sería grave, miles de personas se llamaban Sam, aunque también miles de personas se llamaban Hyunjin.
Me quedé pensando por un largo tiempo, sobre la estupidez que acababa de decir, ¿Por qué dije mi segundo nombre?. Era una idiotez, le había dicho algo muy personal, bueno yo lo consideraba muy personal.
—Sam, esto es algo que solo será entre tu y yo. Te enseñaré, todo lo que quieras, la teoría y si quieres la práctica — desvíe la mirada —Desde complacer hasta ser complacido.
¿Por qué su voz era tan jodidamente sexy y ardiente?. Solo asentí, no podía verlo a los ojos ni por dos segundos, sentía que se me explotarían los cesos.
—¿Ahora que? — pregunté mientras jugaba con mis dedos.
—Está será la primera clase o lección, como tú le quieras
decir — me senté en la cama y lo observé —¿Listo?...—Listo.
Y fue ahí donde todo comenzó.
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𝗦𝗲𝘅 𝗲𝗱𝘂𝗰𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻; 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒉𝒐
Fantasía𝗛𝘆𝘂𝗻𝗷𝗶𝗻 𝗲𝘀 𝘂𝗻 𝗶𝗻𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝘁𝗼 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝘅𝗼, 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘃𝗲𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝘁𝗲𝗺𝗮 𝗹𝗼 𝗮𝘀𝘂𝘀𝘁𝗮 𝗵𝗮𝘀𝘁𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝗼𝗿 𝗼𝗯𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗵𝗼𝗷𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗰𝗵𝗼𝗰𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 𝘀𝘂 𝗿𝗼𝘀𝘁�...