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La música fuerte, el alcohol y dos chicos que no han hecho nada en una semana no es una buena combinación.
Menos estar en una reunión con sus amigos, específicamente en la casa de Beomgyu, llegamos de primeros y después de saludar a todos desaparecimos.
Alcohol, besos y una que otra palabra subida de tono y llegamos a esta situación, él de rodillas probándome con sus besos y su lengua recorriendo mi piel, haciéndome temblar.
—Tu piel es suave — jadeo y echo la cabeza hacia atrás, chocando contra el gran vidrio que recubre casi la mitad de la pared del baño.
—Apúrate — no quiero que hable, se acerca a mis labios y antes de besarme se separa un poco —Minho... — subo las manos a su nuca y la acaricio se que eso lo provoca, hunde los dedos en mi piel y sonrío —No vayas a romper el vidrio, Beomgyu me mata si eso pasa — murmuro y él se ríe.
𖤐𖤐𖤐𖤐
Aprieto el agarre mientras entra y sale de mi, mis ojos se cierran y mi ceño se frunce, había extrañado con locura hacer esto.
Muerde mi cuello, luego lo besa y yo ya no puedo quedarme callado, la condición era no hacer ruido y tampoco desastres, el vidrio, bueno, tengo que pagarle un par de cosas a Beomgyu.
—Beomgyu nos va a matar — parece que lee mis pensamientos —Yo pago to-todo — se separa y niego.
—Los do-dos — echo la cabeza hacia atrás y me golpeo —Puta madre — él comienza a reír y acaricia la zona afectada —Minho...muévete carajo.
—Ya voy.
—¿Ya terminaron?, ¿Cuántas cosas rompieron? — miro a Minho con las cejas fruncidas y él aumenta la velocidad.
—Contesta.
—Na-nada — clavo las uñas en sus hombros para que pare —Detente.
—Sabes que no lo haré.
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